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Nuestro querido moreno de cabellos castaños, se encontraba despierto a altas horas de la madrugada; con una cara levemente cansada acompañado de un silencio abundante en aquel lugar en el cual se encontraba. Este había tenido un mal sueño, una pesadilla. Ahogado por el aire de su cuarto, este decidió retirarse de su cuarto con un paso lento y dormido, el cual se dirigía a la habitación principal de aquella nave, mirando aquellos grandes ventanales. Abrazandose a si mismo. con una mirada bien fijada en la nada, y a la vez en muchas cosas; este moreno, el cual solía ser divertido y bromista, se encontraba en un inquebrantable estado neutro el cual intenta ocultar desde hace tiempo. Las estrellas que rodeaban la nave, eran lo más entretenido. Ver como deslumbran por si solas, queriendo destacar aquella luz aunque juntas, esta se hará más fuerte. Al moreno le gustaba pensar algunas cosas de manera profunda, aunque nunca comparta tales pensamientos, tiene reputación como "tonto", no se debería de manchar. Este, con una mano apoyada sobre el gran ventanal, observaba como algunas estrellas caían, y como otras titilaban sin parar; veía a las que más brillaban, y a las que menos lo hacía. Una helada mano, que tocó su hombro de la nada lo sacó de todos esos pensamientos en su mente, dandose vuelta de golpe, y retrocediendo levemente debido al ventanal que se encontraba a sus espaldas. Aquel pelinegro, con un tono realmente frío y cansado, habló:

❧¿Qué haces despierto a estas horas, Lance?

Dijo el de ojos violetas, asustando un poco a el moreno debido a la falta de luz y el tono de voz que el contrario había utilizado para dirigirse a él. Este o sabía que podía responder, si decirle una u otra cosa; haciendo que extrañamente, se pusiera algo nervioso, demostrándolo con un extraño movimiento de manos y con los ojos revoloteando por doquier. 

❧Dije, ¿Que haces aquí, Lance?

Dijo nuevamente, el chico de cabello negro con un tono decidido, más su cara algo preocupada sin borrar la seriedad que había en esta. La intriga estaba matando a el ojivioleta por la actitud extraña del cubano. El contrario, se puso más nervioso, deja escuchar una risa de este tipo la cual incremento más la confusión del mitad galra.

❧Solo no podía... ~Hizo una pausa de varios segundos, para sonreir leve y forzosamente acompañado de lo siguiente.~ No pude continuar mi sueño enbellecedor, no entenderías.

Habló con su típico tono de voz orgulloso, y hasta creído. El de cabello negro rodó los ojos, mientras le daba unas palmadas en el hombro para luego darse la vuelta e irse del lugar segundos después haciendo que el  moreno suspirara y viera irse a aquel chico pálido, que seguro sería de buena compañía. Sacudió su cabeza levemente, y se continuó concentrando en aquel gran espacio que lo acompañaría, tal vez, toda esa noche. 

☾•☂•☽

Era hora de levantarse, y prepararse para buscar los complementos necesarios para comer en los próximos días, por lo cual, se debía hacer un viaje. Este viaje se realizaba una vez al mes, que los paladines conocen. La princesa Allura, al ser la primera en despertarse, se dedicó a encender algunas luces, y los monitores del cuarto principal. Luego de tiempo de haber despertado a los paladines; todos se juntaron en aquel salón para lograr desayunar.  Casi todos se encontraban ahí excepto aquel delgado moreno, el cual aún dormía en la sala principal sin que nadie notara su pequeña presencia. El oso de canela, Hunk, se mostraba preocupado por su amigo el cual miró  los demás pareciendo que les hablaba con los ojos.  Keith, miro a el paladín amarillo, como si correspondiera a lo que decía el contrario. El paladín de cabello negro, se levantó automáticamente de su asiento para dirigirse a paso rápido a la habitación principal. Al llegar a esta, observó con aquellos ojos violetas el lugar buscando a aquel moreno. Varios minutos luego, lo encontró recostado a un lado de el mando principal de la nave. Una leve sonrisa se pintó en la cara del chico pálido al ver al contrario dormir de esa manera. Los demás paladines, y los dos alteanos, no tardaron en llegar en donde se encontraba este, viendo con confusión al de cabello negro. Este tomó entre brazos al cubano y se dirigió a el cuarto de este. Mirándolo con cierta ternura, lo dejó en la cama del moreno, para luego arroparlo y verlo varios segundos. Los demás no tardaron en llegar y ver aquella adorable escena, a la cual el otro de piel morena respondió con un "Aww...~" por lo bajo.




"Miss the rain".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora