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El moreno le dijo que pasara al contrario, mientras veía como las puertas se abrían a la par, las miradas se volvieron a cruzar enredándose entre si, y comenzando a desatar muchos pensamientos y sentimientos entre estos. El coreano tragó saliva, analizando lo que día esta vez, debía improvisar debido a que no recordaba exactamente que le planeaba decir al moreno. Sí, se estaba volviendo incomodo por el hecho de que ninguno de los dos se dignaran a comenzar la conversación aunque esto sea una simple y directa pregunta. ¿Acaso piensa hablar? él debe comenzar a hablar, el entró... El cubano sentía que tenía la razón, tal vez si la tenía, pero el tampoco sabría como comenzar la conversación en ese momento, así que, no debía quejarse como lo estaba haciendo. El de piel pálida, se cruzó de brazos y se relamió los labios. Solo una pregunta de como se encontraba, con un tono tembloroso, pudo salir de sus labios haciendo que el de ojos azul marino lo mirara con confusión pareciendo que decía "¿Solo eso?" con la mirada envolvente que llevaba haciendo que rodara los ojos, y se sentara en la cama del moreno, haciendo que este se altere levemente.

❧¡No, no, no, no, no! No. -Repitió el moreno poniéndose una mano en la cadera y moviendo la otra de lado a lado con su dedo indice apuntando al de ojos violetas.- ¡Nadie te lo permitió!

El pálido rió, haciendo que una cara confusa se pintara en el rostro del paladín azul con total confusión aunque podría admitir, para el mismo, que le gustaba escuchar aquella risa que no solía aparecer tan seguido, quien sabría el porqué. Bufó y se sentó a su lado, poniendo sus codos sobre sus muslos, y su rostro en sus muñecas haciendo que, con aún una leve risa entre labios, el contrario se fijara en el, el cual sacara levemente la lengua por unos momentos haciendo que aquella adorable risa volviera al pálido, y otra más pequeña llegara al cubano. Este recordó la risa de su madre, la de su tía, la de toda su familia riéndose de sus malos chistes en aquellos atardeceres juntos, hasta con sus molestos primos que tenía. Unas lagrimas llegaron a los ojos de este, pareciendo que iban a estallar. El moreno, recordó que el paladín rojo seguía allí y dirigió la mirada hacia este, mala decisión. Este fue pinado con un rostro de preocupación absoluta, acercándose poco, y a la vez mucho, al moreno. Este preguntó por lo bajo un simple "¿Que...Que sucede?"; este no respondía, volvió a hablar nombrado al cubano el cual lo miro intentando hacer algo con sus temblorosos brazos, haciendo que sin pensarlo, el de cabellos oscuros, abrazara a el contrario totalmente dolido debido a el sentimiento del contrario. El cubano, decidió sincerarse en este, dejando caer una lagrima, tras otra; por fin, desahogándose. 

❧Extraño... mi familia, los atardeceres la comida... -Se escuchaba una quebradiza voz, que era interrumpida por sollozos; este se estaba aferrando a la espalda de la chaqueta que llevaba el pálido haciendo que este lo  continuara abrazando, más fuerte.- El agua, las olas, la... La lluvia en... mi rostro...

Aquel tono de voz, continuó hasta que no tuvo más que decir, y solo lograr escuchar los sollozos y los  nerviosos "Shh", "Tranquilo" y "Cálmate" de parte del de cabellos oscuros, estaba realmente asustado debido a la situación en cual se encontraba mientras algún tipo de sentimientos de culpa lo comía desde el fondo de su ser debido a que gracias a su descubrimiento del león azul. Este decidió alejarlo levemente y limpiar las lagrimas del contrario diciendo; ¿Mejor, o quieres... Continuar? con un tono algo bajo, intentando no alarmarlo con un tono fuerte. Con dulzura, acarició la mejilla levemente mojada del moreno con una sonrisa pintada, haciendo que escuchar una pequeña risa de este debido al tono que habían tomado sus mejillas. En aquel momento, se encontraban tan cera, y sin nada que pudiera detenerlos en aquel momento que estaba pasando. Las miradas de estos dos, hablaban por si solas; mientras que la de Keith, demostraba las ganas que tenía de besarlo, la del moreno era una mezcla de confusión, y agrado. No entendía que podría suceder, pero de seguro le gustaría, aunque este no quisiera aceptarlo desde sus adentros. El d cabellos oscuros, tomo con la misma mano la cal aariciaba la mejilla de el contrario, para llevarla a su mentón, el cual, sería de ayuda para no tener más distancia entre estos dos. Unos pasos, y luego golpes se escucharon frente la puerta de esta habitación, el moreno pensó que el contrario se detendría, agrgando un adorable gruñido, pero no fue así. Este besó los labios del portador de ojos azul marino con una cara pintada en un color rojo, aunque segundos despúes, correspondiera al beso sorprendiendo al pálido, sin cortar aquel bello momento. Al perder la respiración, el de ojos violeta uva soltó una pequeña risa, y con na sonrisa acompañada de un rubor, se retiró dejando a el moreno, como profesional, en shock. Los demás entraron, confundidos debido a la sonrisa ahora in-borrable de Keith, viendo a el cubano cubrirse el rostro rojo con sus manos, tirándose en su cama. Hunk, y Pidge se retiraron automáticamente, no debían estar allí. El mayor de los paladines, se acerco a preguntarle que sucedía; si tener respuesta. La alteana, rió viendo lo tierno que se veía. Una sonrisa, se posó solo unos segundos en sus rostros por lo hecho de no haber sido ella la razón de aquel sonrojo. Exacto, ella quería serlo y pelearía por ello aun más.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2017 ⏰

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