Sam y Dean Winchester son cazadores de seres sobrenaturales y también los héroes del mundo. La vida de los cazadores no es muy linda, ellos no necesitan preocuparse por comprar la comida de la semana o de limpiar el porche o podar el césped, usualme...
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(Créditos de la imagen a la escritora)
La noche anterior Sam había salido alrededor de las ocho de la noche y cuando se dio cuenta de que su hermano no volvería hasta quien sabe que hora se fue a dormir por lo cual no se dio cuenta cuando este llego.
Se levanto a las nueve de la mañana. Al salir paso por la habitación de Sam donde lo escucho reír por lo bajo, pensó que probablemente habría leído algo en su celular que le causo gracia.
"¡Buenos días, Samuel!"
"¡E-es Sam!" hubo otro par de risas. "Y buenos días a ti también" sonrió y se encogió de hombros mientras caminaba a la cocina.
Sam llego mientras el preparaba el desayuno.
"¿y cómo te fue anoche?"
"genial, fue una buena película"
"¿fuiste a ver una película tu solo?"
"si, Dean, no tenemos amigos"
"pudiste a ver llevado a una chica"
"¿Dónde está Cas?" dijo cambiando de tema.
"no sé, ¿en el cielo? Se fue después de que tú te fuiste" se acercó a servirle el desayuno y sintió un olor peculiar. Olfateo el aire. "hueles a perro" sentencio.
"¿perro? ¿de que hablas?" pregunto tratando de ocultar su nerviosismo con confusión.
"¿no habrás atropellado a otro perro, verdad?" bromeo.
"me fui caminando" dijo girando los ojos.
"bien, entonces deberías darte un baño" y se sentó a comer.
Cuando terminaron cada uno se fue a hacer sus cosas, Sam se encerró en su cuarto y Dean se puso a jugar con su teléfono.
Todo era calma en el bunker...menos en el cuarto de Sam.
"¡no muerdas eso! Son los únicos pares de zapatos que tengo" cargo al pequeño animal y le quito los zapatos. "creo que tengo que darte algunos juguetes o destruirás todo lo que tengo" lo dejo en el piso y rebusco entre sus cosas sabiendo que habría algo en algún lado.
Al final encontró una pelota y hueso de plástico que solían pertenecer a su viejo perro, los había conservado solo por el recuero. Sintió un poco de nostalgia, pero se le paso rápido al ver al cachorro que miraba los juguetes ansiosamente, se los dio de inmediato.
Era un pequeño cachorro de no menos de unos tres meses, no tenía una raza en particular, quizás era la combinación de un montón, pero parecía un rottweiler negro y café con una mancha blanca el pecho. Lo había encontrado al salir de esa aburrida película francesa, estaba en la basura atrás del cine buscando comida y decidió darle una de sus galletas que había comprado para la película, un gran error, el perro empezó a seguirlo, y sin éxito de poder deshacerse de él lo cargo y se lo llevo al bunker, a sabiendas de que Dean no estaría muy contento con su decisión.
