Parte Única

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Su dia no podía empeorar, estaba enojado con cierto conejo que  cada 3 minutos le marcaba para entablar una conversación con el y hablar de chicas ya que el moyashi no estaba presente por ciertos 'problemas'. Era un dia nublado de eso no tenia queja, pero hacer que el conejo fuera hasta su casa a levantarlo y así tener mas tiempo con el.

Maldecía mentalmente al peliblanco por desaparecer, solo con el cerca podía sentirse libre de una peste llamada Lavi   

Lavi: Yuuu~ 

Kanda: ¡DEJA DE LLAMARME ASÍ CONEJO! 

Lavi: P-pero Yuu~ 

Kanda: Vas a morir

Lenalee: Nunca cambian

Miraba divertida la escena de como Kanda trataba de tomar a Lavi por la camisa para poder desacerse de el

Lavi: Espera Yuu, Allen vendrá pronto

Kanda: ¿Y a mi que me importa el moyashi?

Lavi: Oh vamos Yuu, se que te atrae de alguna forma

Kanda: ¡ESTÚPIDO CONEJO!

 La situación había cambado dramáticamente, ya no era una broma ahora era realmente un asesinato 

Lenalee: ¡Basta!

La peliverde estaba frente a ellos con el rostro molesto, al parecer era la única que podía interferir sin tener miedo 

Lenalee: Oh, ¡Allen! ¡Estamos aquí!

Saludo alegremente al chico, que recién había llegado. En su rostro tenia una sonrisa nostálgica y sus ojos estaban algo rojos e hinchados  

Allen: Lenalee, Lavi..... Bakanda

Kanda: Moyashi

Lenalee: ¿Como estas Allen?

Allen: Ya me encuentro mejor, gracias por preguntar

Lavi: No te preocupes Allen, nos tienes a nostotros

Allen: Gracias lavi

Kanda: Tsk

Allen: Gracias por todo chicos

Comenzaban las clases y el salón se lleno de gente poco a poco, los pupitres de Kanda y Allen estaban casi juntos mientras que Lavi y Lenalee estaban atrás de ellos para que no se mataran. El dia para Allen había transcurrido normalmente pero con un poco de distracción de parte de Lavi que no dejaba de hacer bromas sobre Kanda. Sabia que Kanda  mataría a Lavi pero era bueno porque le hacia olvidar el dolor de que su padre ya no estaba, Mana había fallecido en un accidente y no pudo hacer nada para ayudarle. De pronto sintió como sus ojos se humedecían por el sentimiento, Kanda se percato de esto pero no le presto atención después de todo no le importaba el bienestar del peliblanco. 

Sus clases habían terminado y cada uno se fue por su parte a alguno de los clubes que habían terminadas las clases, Lenalee estaba con las porristas, Lavi iba al de historia, Kanda a sus practicas de kendo mientras Allen a la orquesta. Las practicas de Kanda comenzaban mas tarde que la de los demás, aunque le cueste admitir seguía a Allen hasta la orquesta para escuchar las melodías, le encantaba la armonía que seguían  y ese dia no era la excepción. Sentía algo de emoción porque Allen había regresado y volvería a escuchar su solo de piano, un solo que solo el podía interpretar para el si se lo pidiera pero eso era imposible, su orgullo no se lo permitiría.

 El joven peliblanco había ingresado al salón donde se encontraban sus compañeros músicos al igual que Nea su amigo, el que le había enseñado el club del cual quedo maravillado desde el comienzo  

Melodía de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora