❇V E I N T I T R É S❇

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   Mientras miraba por la ventana del avión, donde las nubes se veían de un color grisáceo, me di cuenta de lo mucho que añoraba viajar con alguien. Desde que tenía doce años no volví a viajar con otra persona a mi lado, pues bien viajé a Seúl pero me aventuré a ir sola. Recuerdo que desde los siete años mi madre y yo, todos los veranos nos atrevíamos a ir al primer lugar que encontrábamos y que nos llamaba la atención. También recuerdo que mi primer viaje con mi madre fue a Dublín, donde siempre estábamos perdidas porque no entendíamos nada el Inglés. 

Así pasaron seis veranos de mi vida. Viajando por el mundo. 

Con doce años fue mi ultimo viaje con mi madre. Después de que a mi madre la despidieran de su trabajo no nos podíamos permitir un viaje. Además que mi abuela se puso enferma ese mismo verano. A los catorce años me enteré por qué mi madre hacía que todos los veranos nos fuéramos por ahí de viaje, por una conversación de ella y mi abuela, y era porque ella creía que viajando podía desconectar y así no recordar mi padre. Pero la verdad era que casi nunca me acordaba de él. No echaba en falta el no tener padre, por eso mi abuela siempre estaba conmigo.  Así que ella se comportaba como un "padre".

Ahora tenía once años más y tenía a mi novio a mi lado viajando con destino a uno de los lugares que ya me hacía falta en mi vida. Mi hogar. 

Quité mi mirada de la ventana y la giré hacia JungKook, el cual estaba dormido. Tenía la cabeza hacia arriba, seguro que cuando se despierte tendrá un dolor en el cuello horroroso. Iba a mover su cabeza cuando vi que su boca estaba entreabierta y que una baba caía por su comisura del labio. Me pareció la cosa mas mona del mundo. Enternecida cogí un pañuelo,  le limpié la baba y me aseguré de que su boca estaba cerrada para luego posar su cabeza en mi hombro. 

Luego de ver que se quedó quieto después de revolverse un poco en mi hombro, saqué mi móvil de mi bolsillo y miré la hora. Las 15:30 PM. Suspiré. Se suponía que ya deberíamos estar en Japón pero el vuelo se retrasó dos horas. También se suponía que después de llegar aquí podía visitar a mi familia y a mis amigas. Pero no, todo los planes han cambiado. Llegaremos a la prefectura de Kanagawa y nos hospedaríamos en Yokohama. Su capital. De Yokohama a Tokio solo hay en tren unos 20 minutos, pero se nos ha dejado claro que tenemos prohibido salir de Yokohama. Órdenes del CEO. 

En las dos horas que estuvimos allí tirados en el aeropuerto, el CEO nos habló de lo que íbamos a hacer justo cuando llegáramos. Dijo que teníamos que hacer las cosas rápido ya que teníamos dos horas de retraso. Llevaríamos las cosas al hotel y luego nos haría reunirnos en cualquier habitación del hotel, ya que no nos daría tiempo ir a la escuela donde es el festival de baile internacional. Hablaríamos del sorteo para ver a quien le tocaba cada baile. Luego dijo que podíamos ir a visitar Yokohama pero que no saliéramos de allí. 

En cuanto el CEO se fue nos reunimos todos y platicamos para saber que íbamos a hacer al final. Yo propuse ir a la playa, aunque así tendríamos que salir de Yokohama, pero  tampoco estaba tan lejos. Todos aceptaron y así se quedó, luego de la reunión nos iríamos a la bahía de Tokio.

Apoyé mi frente en la cabeza de JungKook e inspiré. Su olor característico llegó a mis fosas nasales haciendo que sonriera. Moví mi cabeza y miré otra vez hacia la ventana. Seguro que en unas pocas horas el sol se pondrá. Eso me encantaba. Hay personas que prefieren el día que la noche, yo no soy de esas. Prefiero la noche miles de veces. Siempre me había gustado ver el cielo y respirar aire fresco en verano. De pequeñas íbamos Hana, Honoka y yo a algún monte a observar las estrellas e inventarnos figuras que veíamos con ellas.

Recordando todos esos momentos juntas sentí como el sueño se apoderaba de mí y caí en un profundo sueño donde el olor del cabello de JungKook lo hacía mas placentero...

❇Petals Fall. «Jeon Jungkook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora