Las vacaciones se celebraba, generalmente, con una fiesta. Por lo que no me pareció mala idea unirme por primera vez, debido a que antes no lograba obtener el permiso de mis padres. Pero todos esos pensamientos positivos se esfumaron en el preciso momento que pisé, el que se supone es, mármol blanco de una casa aleatoria –nadie nunca intentaba siquiera saber el nombre de la persona la cual prestaba su casa para que la destrocen.
Intenté mantenerme positiva. No puede ser tan malo, pensé.
No, de hecho, puede ser peor.
Me sentía incómoda, y el hecho de que Payton, mi prima, me haya olvidado en el momento que entró por la puerta no ayudaba.
Me encaminé por el ancho pasillo, el cual estaba atestado de gente, intentando reconocer alguna cara. Todo era en vano, porque se notaba que la mayoría de las personas allí presentes se trataban de universitarios con demasiada experiencia en aquellos ambientes.
Suspiré con exasperación al sentir el segundo empujón que ocasionó que terminara chocando contra una puerta. Las fiestas definitivamente no son para mí. Pienso que si me hubiera quedado viendo Criminal Minds lo hubiese pasado mejor. Nada mejor que ver a Spence en acción.
Me moví hacia la izquierda en el momento que vi un gran grupo de chicos dirigirse hacia donde estaba parada como una estúpida desde hacía varios segundos.
— ¡Lee!—el estruendoso grito logró que diera media vuelta de inmediato, curiosa.
Aaron Fitcher, mi mejor amigo, se encontraba a unos pasos de mí con una gran sonrisa bobalicona en su rostro.
Reí.
— ¿Recién empieza y tu ya estás borracho?
— ¿Yo?—balbuceó indignado.
Cabeceé divertida. Con él no había caso. Si hay alcohol, no dudes que Aaron estará allí. Incluso tiene asistencia perfecta en todas las fiestas que se hacen en el condado de California.
—Ven—pasó su brazo por mis hombros con torpeza—. Iremos con mis amigos, ya que tengo la intuición que tu prima se encuentra con la lengua enterrada en alguna garganta.
Hice una mueca de disgusto.
—Probablemente. ¿Con quién te encuentras?
—Chad, Damian y Alix—respondió, empujándome con rapidez hacia el salón.
Un intenso cosquilleó me recorrió el cuerpo, logrando estremecerme. Alix se encuentra aquí.
Alix Hundson, el mejor amigo de Aaron. Se podría decir que desde la primera vez que lo vi –hace aproximadamente un año y medio– movió algo dentro de mí, algo que creía que nunca sería capaz de sentir. No me considero una persona la cual aborrece el amor, pero sí siempre pensé que el amor no estaba hecho para mí. Pero ahora es cuando me doy cuenta de que, en realidad, nunca nada pudo ser capaz de compararse con lo que siento ahora. Es extraño, pero reconfortante de algún modo al saber que puedo sentir algo más allá que amor por mí misma.
El bullicio que provenía de una esquina en particular me aclaró que no sólo se encontraban Chad, Damian y Alix, sino que estaban en compañía de dos parejas más. De repente quise dar media vuelta y huir. No se me daba mal hacer sociales, pero es algo que si podía evitar, lo hacía; no me sentía cómoda en constante contacto humano, por más raro que suene aquello. Disfrutaba más de mi soledad y la estabilidad mental que no podía ser corrompida en esos momentos.
Mi corazón se acelera a medida que nos encontramos cada vez más cerca del grupo, y el cosquilleo intenso no tiene intenciones de cesar. Necesito la armoniosa tranquilidad de mi hogar.
ESTÁS LEYENDO
Cuando Me Recuerdes |CANCELADA|
Romance"Porque no hay marea que nos separe, y porque siempre llegaré a ti." Esta expresamente prohibido copiar o adaptar sin el consentimiento de la autora. Todos los derechos reservados.