Capitulo dos

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Era la misma rutina para Andrew. Siempre solía acostarse ya entrada la noche, mientras que se levantaba muy temprano, casi nunca dormía sus horas adecuadas. Al levantarse se cambió de ropa y fue alimentar a los cerdos.

Estaba dándoles su alimento y no se dio cuenta que su primo David había llegado de manera sigilosa por atrás de él. Para cuando Andrew se dio la vuelta, David lo empujó con bastante fuerza y Andrew cayó cuan largo era en el lodo.

Mientras su primo se reía a carcajadas y se mofaba de él.

—Te pareces a uno de ellos —y señaló a los cerdos. Mientras seguía riéndose.

Andrew se sintió otra vez humillado y de la peor manera. Estaba embarrado de lodo y de heces de los cerdos.

En eso David saca su celular y le toma una foto.

—Sonríe cerdo.

Después de haber echo su propósito, por que eso era lo que quería, se fue. Sin dejar de reírse.

Andrew se levantó con una horrible pestilencia en todo su cuerpo. De inmediato buscó ropa en su cuarto y se fue corriendo a bañar. Cuando llegó al pequeño arroyo se quitó toda su ropa y solo quedó en bóxer. Se lanzó al agua y disfrutó de ella por unos momentos. Después fe bañarse de forma adecuada procedió a cambiarse. Cuando terminó de hacerlo, sintió una penetrante mirada sobre él, alzó la vista y buscó a alguien, pero no encontró a nadie. Pensó que tal vez eran imaginaciones suyas y no le prestó mucha atención.

Caminó de prisa a recoger su mochila y se fue al instituto. Sin embargo, cuando iba a medio camino se detuvo. Se acordó que no había echo sus deberes que habían dejado. No lo había echo por que no le dio tiempo, además se le olvidó.

Estuvo unos momentos pensando que hacer. No quería ir hoy a clases, por lo que decidió saltárselo. Un día no le iba a perjudicar mucho. Además necesitaba un descanso. Por lo que volvió sobre sus pasos y se dirigió hacia al arroyo de nuevo. Ese era el único lugar en el cual estaba tranquilo, ya que sus primos no iban y no había gente bulliciosa que lo molestara.

Cuando llegó, se sentó en el pasto, a orillas del arroyo y dejó caer su mochila al pie de un árbol. Observó con detalle el agua, esta era transparente. Él único sonido que había era la del agua cayendo por la pequeña cascada que había. Una que otra ave entonaba su canto. Ese lugar era perfecto para Andrew.

Sin embargo, aunque no quisiese, la nostalgia lo envolvió, de pronto recordó aquellos momentos en los cuales vivía mas feliz que ahora. Cuando tenía un amigo.

***flashback***

  —Dylan detente —gritaba Andrew mientras se reía. El susodicho lo estaba matando con cosquillas, la debilidad de Andrew.

—Lo haré si me das lo que quiero —respondió éste sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.

—Está bien —dijo Andrew. Varias lágrimas le salieron, eso pasaba cuando se reía demasiado.

Buscó en su mochila unas barras de chocolate, y se las dio a Dylan. Éste amaba el chocolate por lo que tomó lo que le ofrecía Andrew y comenzó a devorarlas.

—Gragcias —habló Dylan con la boca llena de chocolate. A lo cual Andrew se rió de él. Y solo recibió un leve golpe en su hombro.

Justo en ese momento iba pasando David, quien al mirarlos se comenzó a reír. Pero se calmó cuando Dylan lo fulminó con la mirada, por lo que continuó su camino.

—No te preocupes Andrew. No dejaré que te vuelva a humillar, siempre estaré contigo —le prometió Dylan.

***fin flashback***

Una lágrima resbaló por su mejilla, la cual quitó de forma inmediata con su mano. No quería volver a llorar, se había prometido no volver hacerlo, debía de ser fuerte.

Estuvo un rato absorto mirando correr el agua. Cuando su instinto le dijo que alguien lo observaba, levantó la mirada pero no encontró a nadie. Entonces se dio la vuelta y se dio cuenta que alguien estaba parado, mirándolo con detenimiento.

Se levantó del suelo y encaró de frente al desconocido. Ninguno de los dos dijo palabra alguna por unos momentos. Se observaban a detalle. Y hubo algo que le llamó la atención a Andrew, es que el desconocido tenia unos ojos muy peculiares, oscilaba entre el rojo y anaranjado. Pensó que quizás eran falsos, por que nadie podría tener los ojos de ese color.

—¿Quien eres? —preguntó Andrew. Cada momento que pasaba sentía miedo, no tenía razón alguna para estarlo, pero ese sujeto despedía cierta aura siniestra, el cual hacia estremecer a Andrew.

—¿Por que andas solo por estos lugares? —preguntó el desconocido, evadiendo la pregunta de Andrew y sonriendo de lado.

—¿Quien eres? —volvió a insistir Andrew con un deje de nerviosismo.

—¿Por que quieres saberlo? —inquirió dando unos pasos hacia adelante.

Ante eso, Andrew retrocedió lo mismo, pero atrás de él estaba el río.

—¿Me tienes miedo?

—N-no —tartamudeó Andrew sin querer. El desconocido sonrió y se comenzó acercar las hacia Andrew.

Éste quiso escapar pero algo se lo impidió, su cuerpo no reaccionó y permaneció inmóvil. No supo por que no podía hacer movimiento alguno, era como si su cuerpo estuviera congelado.

En cambio el desconocido se acercaba mas y más. Conforme llegaba, Andrew se sentía abrumado, su respiración se volvió dificultosa, apenas y podía ver y escuchar con claridad.

—Hueles delicioso —susurró el desconocido cuando llegó a él. Pasó su lengua por el cuello de Andrew, al cual le resultó repugnante aquello. Sintió su piel fría y se estremeció.

—No me hagas nada, por favor —suplicó Andrew cerrando los ojos.

—Es demasiado tarde para rogar por tu vida.

Andrew comenzó a perder el conocimiento poco a poco, sin embargo, pudo sentir unos colmillos enterrarse en su piel. En ese momento, pudo entender que es lo que pasaba, pero aun así se negó a creerlo.

Ya estaba resignado a su desafortunado destino, cuando sintió que aquel sujeto había desaparecido y a lo lejos escuchó que algo cayó.

Andrew estaba tirado en el suelo casi inconsciente, pero entre abrió los ojos y miró la silueta de alguien que se dirigía hacia él, parecía una mujer, sin embargo, en ese momento perdió el conocimiento.

 

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Pacto Con Un VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora