After Our Dead. [CANCELADA]

Capítulo 2: "Bienvenido a Casa"

"Tic..."

"Tac..."

"Tic..."

                            La fría hoja del machete rozaba lentamente hacia el cuello de Jhon mientras el supuesto líder del pequeño grupo reía alocadamente. Solo unos instantes de dolor mas y ya todo lo que había sufrido tan solo se quedaría en nada. El hombre, aceptando la realidad de que debía sacrificarse para que esa chica no volviera con esos "Renacidos", cerro los ojos dejándose llevar hasta su fin.

-¡Esperad! -Grito la voz de la mujer a la que antes salvo saliendo de donde se había escondido.- ¡P-perdonadme! T-tan solo tenia miedo... Y me escondí con este hombre. Por favor, no lo matéis.

-Ohhh... ¡Pero mirad quien esta aquí chicos! -Dijo el hombre del machete alejándose de Jhon.- La pequeña furcia, ¿Sabes? Tienes mucha suerte cabrón. -Dijo refiriéndose a Jhon.- Si no te hubieras topado con la hija de nuestro líder seguramente ahora mismo estarías bien muerto.

                             La sorprendida mirada de Jhon buscaba respuestas sin resultado alguno en la cara de Gill ya que esta nunca dijo nada de ser la hija del líder de ese grupo de el que huía. Entonces el hombre del machete levanto bruscamente a Jhon y le quito las ataduras que este tenia en los pies para ponérselas a Gill a modo de esposas.

-Bien, ahora subid a las putas motos, y nada de movimientos ruscos. Y eso va por ti... -Dijo mirando fijamente a Jhon.- y sobre todo por ti pequeña. Tu viejo no dijo nada de no poderte dañar si tratabas de escapar de nosotros de nuevo. Así que ni se os venga en mente ningún acto heroico joder, ya que en estos tiempo... Amigos míos, los héroes no existen. -Dijo en un tono mas brusco.

                              Una vez atados en motos distintas, Jhon y Gill son llevados a alta velocidad en dirección sur, alejándoles así de su verdadero objetivo.  En menos de cuarenta minutos las estruendosas motos pasaban por el pueblo de Port Barre, otra vez en el pueblo, los motoristas vendaron los ojos de Jhon para que el no pudiera ver a donde iban, con la escusa de que querían que su localidad siguiera siendo un lugar que no muchos supieran como acceder. Pasaron horas y horas, los ojos vendados no dejaron ver a Jhon ni la dirección ni los kilómetros que habían avanzado. Algo muy frustrarte para el hombre que tanto ansiaba poder llegar al norte después de tantos tiempo caminando en dirección norte. Los motoristas hablaban entre ellos con palabras las cuales Jhon no llego a entender ya que el  el viento que sonaba no le permitía escuchar con claridad. Las motos pararon repentinamente, un olor casi pestilente pasaba por la nariz de Jhon, un olor el cual no le dio tiempo a distinguir antes de que le bajaran bruscamente de la moto y le empujaran para que este caminara. Unas puertas se cierran detrás de ellos mientras caminaban por el pestilente y largo pasillo por el que estaban.

-¡Joder! -Dijo entre risas el mismo que le corto el dedo.- ¡Vas a conocer a nuestro líder! Eso es algo de lo que deberías estar orgulloso capullo, no todas los que matan a algunos de nuestros hombres llegan a conocerle. -Dijo riendo.