Coronas y Desterone

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Al salir de la tienda ya habíamos recogido nuestras armas, todos los habíamos escondido bajo la cama o en los closets o en donde fuese, Beth tenía su arco, yo mi espada, Azael tenía un espada que me despertó curiosidad, era negra por completo, cuando intente tocar el filo de esta Azael la quito con prisa mientras negaba con la cabeza y me hacía una mueca de desaprobación con los labios y se acercaba a mi oído.

-no preciosa, eso es mortal-luego deja un beso en la comisura de mis labios y yo solo me quedo quieta, luego se separa y todos salimos de la tienda, al salir toda la tienda estaba rodeada.

-mira, mira, la hija de Raziel se digna a salir de su sueño-dice uno de los anmuns que nos rodean y yo bajo la mirada mientras asiento con la cabeza, de pronto alzó la vista y veo a Damian en la parte de arriba de un tienda, apuntando con el arco, lo había olvidado por completo, él me guiña el ojo desde su posición y se que está listo para disparar su arco en cualquier momento.

de entre los Anmuns sale la chica rubia del principio con la corona del cielo en la cabeza, doy un paso frente de ella y ambas quedamos cara a cara.

-esa corona me pertenece-musito lo suficientemente alto para que todos escuchen.

-no, ahora es mia, es mas, creo que me gusta como se me ve...

-mira, solo venimos a hablar con Desterone, no quiero tener que matarte.

una sonora carcajada sale de su garganta al igual que del resto de los anmus, yo frunzo el ceño y volteo a ver a los mismo que hacen lo mismo.

-¿que dije que te provoca tanta gracia?-dije volviendo a ver a la rubia.

-lo que me provoca tanta gracia es tu estupidez, yo soy Desterone. ¿para que me quieres?.

Esta vez soy yo la que suelta la carcajada.

-tu no eres Desterone...-aunque me callo y me lo pongo a pensar porque como tal no sabíamos como era Desterone físicamente, el único que lo sabía era Link y ahora estaba muerto.

-lo soy-dice mientras alza la muñeca y en sus venas se ve claramente como corre la sangre dorada. Una mil sangres.

-bueno, solo queria saber informacion sobre los mil sangres, se que pertenezco a la generación perdida, como tu-era mentira, de hecho se supone que Desterone nos diría si yo realmente era una mil sangres, si no no tendría sentido ir al Olimpo.

-no, tu no eres una mil sangres, solo por ser hija de Raziel, levantar la guerra en el cielo y matar sirenas, enserio crees que puedes hacer todo-dice riendo Desterone, yo vuelvo a fruncir el ceño sin creerle-bueno, si eso era todo entonces supongo que puedo matar a tu amigo, después de todo, ya no tienes nada que me resulte de utilidad.

veo detrás de ella y veo como traen inconsciente a Min, tenía un ojo morado y el labio partido mientras de la nariz le salía sangre, veo de reojo a Damian y hago una ceña con la mano para que espere, el asiente con la cabeza y yo cierro el puño.

Desterone se acerca quedando a una distancia peligrosa y pone un cuchillo pequeño en mi cuello, todos se quedan callados y yo me quedo en mi lugar.

-oh, no hija de Raziel, no te mataré, no aún, solo me quiero asegurar de algo...-no completa la frase antes de hacer un corte en mi cuello, llevo un mano al lugar donde ardía y me dejo caer de rodillas, abro la boca y siento un fuerte sabor a metal en la lengua, antes de comenzar a escupir sangre. Desterone era lo único que tenía a la vista y esta me miraba expectante, como si fuera un pequeño animal y ella esperaba que hiciera algo que la divirtiese. De pronto siento que el sangrado para al igual que mi ardor y mi vista se pone de nuevo normal, alzó la vista a Desterone la cual tiene el ceño fruncido, notoriamente extrañada y confundida. Me pongo de pie quedando a la altura de Desterone y veo el piso, manchado por mi sangre.

-no moriste-su comentario me causa cierta gracia extraña y veo su cuchillo, sangre roja, no era dorada como el ichor.

-no, está claro que no morí, ¿qué me hiciste?-Desterone alza un dedo para callarme y pone su daga a la luz del sol, la sangre roja al principio se veía normal, hasta que comienza a girar su arma y mi sangre emite ciertos destellos dorados, como si hubieses dejado caer diamantina sobre la sangre, las pupilas de Desterone se pintan dorados y el fondo de sus ojos se ponen negros.-tendrás que morir.

Después de eso suelta un grito de guerra que no alcanzo a distinguir y todo su ejército de pronto aparece armado, se avientan sobre nosotros y por mi parte levanto el puño y lo abro, a lo que Damián comienza a lanzar flechas de forma atinada y detrás de mi sé que se lucha de igual forma, las flechas de Beth y Damián surcan el aire, el golpe de las espadas de Azrael y Dominik también hacían presencia, acabando con sus enemigos de un limpio mandoble y por su parte Min conjuraba todo tipo de hechizos dejando cadáveres junto a humo azul,
-¡Te mataré!-grita Desterone agitando su daja.

-si eso no me mató antes. ¿qué te hace pensar que ahora sí podrá?-digo burlándome y saco mi espada de mi cinturón, donde también descansaba la flecha de Link, ajena a todo el problema.

Desterone agita con más fuerza y más alto su daja, cuando esta toca el piso, se entierra y comienza a crecer hasta obtener la mitad de mi tamaño, lo cual me hace dar un paso atrás.

-bueno, quizás ahora sí...-Desterone me calla dando un mandoble el cual esquivo sin suficiente tiempo y termina rasguñando mi brazo, haciendo que éste sangre.-okay vale, sí, si me puede matar.

La conversación se ve interrumpida por el choque de nuestras espadas, quito la mía y de un rápido movimiento doy una tajada al aire que termina atinando a su mano derecha y esta cae, seguido de un chorro de sangre dorada, toma con la mano izquierda su espada antes de que ésta caiga y me dedica una sonrisa ladina.

-suerte que también soy zurda-dá un mandoble directo a mi cabeza y doy una vuelta completa para esquivarlo, a lo que corta un trozo de mi cabello, dejando por trozos desigual.

-oye, mi cabello-le regresó el ataque, pero esta gira en el piso evitandolo y aprovecho su posición para tirarme sobre ella e ir directamente a su cuello, pone su espada de intermediaria y me intenta empujar con ella a lo que pongo más presión hasta que termina por quitar sus manos y de una tajada limpia le rebano la cabeza, acompañado por un grito de mi parte, me dolía cada músculo de mis brazos, veo el cadáver, del cual está brotando sangre dorada como si fuera una fuente, para después explotar en un destello del mismo color.

Me pongo de pie y volteo, todas las batallas han terminado y los anmuns sobrevivientes al ver a su líder muerta comienzan a correr, huyendo. Suspiro de forma fuerte quitando un mechón desigual de mi cara y Damián baja del techo de un salto, se sacude el pantalón y se cuelga el arco en la espalda.

-Fantástico. ¿Y ahora qué?-dice notoriamente cansado y noto que en su cara tiene un fino corte en la mejilla y sus dedos están hinchados, ¿Cuántas flechas tendría?.

-Bueno. Tenemos que ir al Olimpo, necesito saber de una jodida vez que soy-me agachó y tomo la corona, antes era blanca, pero con la sangre de Desterone se había hecho dorada, pareciendo de ésta una verdadera corona, me la pongo de forma descuidada y un relámpago rompe en el cielo.

Ángeles y Caídos 2 la generación perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora