Después de entrar en la casa de los Park, YoonGi se quitó su chaqueta y bufanda, quedando sólo con una polera negra manga corta y una blanca debajo, cubriendo la piel de sus brazos. Apenas se veían sus dedos.
YoonGi no era un gran fanático de mostrar su piel más allá de las manos y cuello.
Aunque claro, Jimin había logrado ver más allá de aquellas constelaciones en su cuello.
-¿Quieres café, YoonGi?-preguntó Jimin, mientras el pelinegro se sentaba en el sillón. El menor no tenía rastro del color rojizo en su piel provocado por el frío. La casa se encontraba a una temperatura agradable.
-Por supuesto, Minnie.
Cabe mencionar, que YoonGi no había soltado las hojas más que para deshacerse de sus prendas.
-Un café para el novio más gruñón y lindo del mundo- Jimin se acercó a YoonGi para darle un beso cargado de amor, provocando un huracán en el estómago del mayor, junto con un intenso sonrojo en sus mejillas.
-¡Yah! No puedes llegar y besarme como si nada, tus padres podrían molestarse.- El mayor tenía una buena relación con los padres del menor, pero les respetaba.
-¿Quién dijo que se encontraban en casa, gruñón?- El menor de cabellos color platino, tocó con su dedo índice la punta de la nariz del mayor y se dirigió a la cocina.
YoonGi dejó la letra de su canción encima de la mesa de centro y se levantó del sillón en silencio para perseguir a Jimin.
Observar a su novio haciendo cosas tan simples como preparar su café, le fascinaban.
Se ocultó detrás de la puerta de la cocina y observó todo en silencio.Jimin tarareaba una canción mientras estaba en búsqueda de lo que necesitaría para el café de YoonGi. Eligió la taza favorita del mayor, negra con detalles blancos, la cuál todos sabían que Jimin reservaba para las visitas del mayor.
YoonGi observó con dulzura como su novio preparaba su café. Con tanta dedicación y concentración, que la punta de la lengua de Jimin se encontraba ligeramente expuesta, y sus ojos se volvieron más pequeños.
Agregó tres cubitos de azúcar al café y uno fue víctima de la boca de Jimin. Al menor le fascinaban las cosas dulces.
YoonGi se preguntaba, ¿Por qué está conmigo, si soy un sabor amargo?
El pelinegro negó con su cabeza, alejando los pensamientos negativos y notó que Jimin había terminado con su trabajo. Fue muy tarde cuando el mayor quiso correr al sofá para no ser sorprendido mirando por entre medio de la puerta.
-Así que te gusta espiarme mientras preparo tu café- Jimin no despegó sus ojos de la taza humeante que se encontraba en sus manos, temiendo quemarse.
-Nunca hago eso, Minnie- El mayor volvía a sonrojarse en menos de 10 minutos. Jimin era el único que provocaba que la pálida de piel de YoonGi tomara un color totalmente ajeno al acostumbrado a ver en su rostro.
-Está bien, haré como que te creo- avanzó hacia el sofá y colocó la taza humeante en la mesita de centro.
Con el entrecejo fruncido observó a YoonGi, el cuál notó muy tarde su pequeño descuido.-¿Qué son estos papeles, YoonGi?
Oh, mierda.
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nuevo caaap, el viernes actualizaré 4 o'clock, pa que estén pendientes jeje 🐸
-afloatym