Era ya tarde, el pelimorado y la albina habían pasado ya varias horas en el parque.
―Es hora de volver a casa…mi hermano ya debe estar preocupado―dijo ella rodando los ojos, sabía que el pelirrojo era capaz de hacerle un interrogatorio.
―Oh…claro claro, ¿te acompaño?―El de coleta dijo.
―Nah, no esta tan lejos, simplemente tomo el atajo de siempre y llego en unos 7 minutos― Segura de sí, abrazo una vez más a Bonnie, sin dejarle dar una respuesta―Nos vemos mañana.
Él solo asintió.
❝Ten cuidado por favor ❞
Meg salió del parque, algo aliviada.
❝Él se esta poniendo más maniático de lo normal ❞
En vez de seguir por la calle iluminada, decidió ir por el callejón, si lo hacía, sólo quedaría a tres cuadras de su hogar.
Sentía una mirada implementada en ella.
❝Tengo un mal presentimiento.❞
Ella decidió simplemente ignorar esa sensación y empezó a caminar, con el mayor desinterés implementado en su mirada.
❝ No te vayas sola a las horas de salida. ❞
Unos pasos se sentían tras de si.
No iban al mismo ritmo que el de ella.
Decidió parar y mirar hacia atrás.
Ahí estaba él, la causa de su accidente hacia solo unos meses.
―Hola preciosa…―la melosa voz de Deuz retornaba en ese tranquilo, pero inquietante lugar.
―¿Qué quieres?.―cortante, lo miro por el hombro.
―Oh ,nada pequeña, simplemente acabar con mi “trabajo”―Pronunció, acercándose lentamente a la de mechón rosa.
