La invité a caminar por la vía férrea
a su derecha el viejo ferrocarril
adelante había un lugar donde nos sentamos
allí las hojas muertas yacían en el suelo
pero eran tan amarillas como el sol
Le dije que si se fijaba bien vería un colibrí
que no tenía ninguna flor segura
así que buscaba alguna para alimentarse
cariño yo soy como él, si tardas demasiado
¿cuántos jardines más visitaré?
Ella me dijo que algún día podría amarme
y yo le respondí: amor, no hay peor crueldad que la falsa esperanza
pero ella solo me regaló su mirada
en ese instante era lo único que tenía
Le sugerí que era mejor volver al lápiz y papel
a las cartas de amor que con tanta disciplina le regalé ayer
que siempre ha sido bueno recorrer las distancias a pie
y verme caer en sus brazos otra vez
Entre tanta conversación la noche nos sorprendió
la tomé de la mano y la conduje hasta mi casa
A hurtadillas entramos como dos niños traviesos
ayudados únicamente por la luz cenicienta
pero cuando me sonrió mi ser se agitó
ya que dos lunas iluminaban todo alrededor.
Hoy salí a recorrer ese camino que contigo exploré
Te imagine a mi lado tomándome del brazo
Riéndote de alguna locura mía
Y me senté donde habían hojas amarillas
Cerré los ojos y repasé todos esos momentos
El ferrocarril escandaloso se aproxima
sacándome de mi abstracción de bellos recuerdos
Sofía, mi amada Sofía
sin ti las flores se han marchitado
y el colibrí sin su alimento se ha quedado.