Jimin miraba sus pies sentado en aquel sofá marrón de la oficina de su padre, el no quería estar ahí, es aburrido.
Pero tan pronto como el "empleado especial" entró por aquella puerta, el aburrimiento se esfumó para Jimin.
"¿Cuantos años tendrá aquel hombre tan apuesto?"
Se preguntó a sí mismo, observó cómo el hombre saludaba a su padre, y como con una pequeña sonrisa se acercaba a el.
–Hola... Tu eres... – alargó la palabra.
–Jimin... P-Park Jimin – tartamudeó por los nervios de tenerlo cerca.
–Lindo – mencionó el hombre en un susurro.
–Bueno, siéntase, por favor señor Min – Dijo el Park, dirigiéndose hacia su escritorio.
–Oh cierto – Mencionó el hombre pálido – Soy Yoongi, olvidé decirtelo... Jimin – sonrió viéndolo directo a sus ojos.
Este sólo agachó su cabeza haciendo que Yoongi sonriera de ternura.
Se sentó frente el padre de Jimin y de inmediato este último se levantó.
–Iré a pasear papá – avisó mientras abría la puerta de aquella oficina.
–De acuerdo, ten cuidado Jimin – contestó el Sr. Park antes de que Jimin cerrara la puerta.
–Disculpe, señor Park – habló Yoongi.
–Dígame Min – respondió el señor Park mientras acomodaba algunos papales sobre su escritorio.
–¿Cuantos años tiene su hijo? – La curiosidad mataba al joven.
–Tiene dieciséis años – se detuvo y suspiró mientras se sacaba los lentes puestos – mi pequeño ya no será pequeño.
(...)
Jimin paseaba por los largos pasillos de aquel edificio en el que su padre era el jefe.
Suspiró, no sabía qué hacer ¿Ir afuera? No ¿Comer? Ya lo hizo ¿Estudiar? Aún más aburrido.
Observó cómo aquel joven salía de la oficina de su padre y rápidamente se escondió para que no fuera visto.
Vaya, de verdad que era pálido aquel joven.
–Su cabello es lindo... Lo quiero – susurró el pequeño para sí mismo, conseguiría a ese hombre.
Salió de su escondite y siguió a aquel hombre, este se detuvo en una puerta y entró. El pequeño leyó "Oficina Min" y supo que ésta sería su oportunidad.
Tocó tres veces la puerta y entró cerrando con seguro la puerta, sin que el hombre pálido se diera cuenta.
Observó cómo Yoongi estaba sentado en su escritorio con papeles en la mano.
–Oh Jimin ¿Qué sucede? – Preguntó levantando la vista.
–Sucede muchas cosas... Hyung – Jimin daba pasos lentos hacia Yoongi con una sonrisa, se quitó el suéter que traía puesto dejándolo sólo con sus pantalones y su camisa de manga larga.
–¿A q-que te refieres? – Yoongi se ponía nervioso.
–Sabe, yo siempre consigo lo que quiero... – llegó al lado de la silla en donde el pelinegro estaba sentado – y lo quiero a usted – terminó de hablar e inmediatamente giró la silla para sentarse en el regazo con una de sus piernas en cada lado posando sus manos en los hombros de Yoongi.
