13🌻

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Ruggero se sentó en la cama, decepcionado, dolido, sin más. Pensaba en las imágenes de Karol momentos antes de su muerte, momentos antes de que todo acabara. Absorto por sus pensamientos echo el teléfono de lado y se dispuso a llorar, a sacar todos los sentimientos que había tenido que retener sólo por absurdas fantasías, celos y cometidos que ni él mismo sabía el por qué de ello.
Hasta que, el teléfono sonó.

-¿Señor, Pasquarelli?

-Si, él habla.—dijo, tratando de sostener su voz.

-Al transferir a la señorita Sevilla, con el forense ella reaccionó.

Ruggero, aún atónito por la noticia salió para el hospital de inmediato.

Al llegar, los padres de Karol ya se encontraban ahí.

-¿Y él que hace aquí?—dijo la señora, Sevilla.—Tú, muchacho, no deberías estar aquí. Tú en principio, causaste que mi hija tratara de suicidarse.

En ese momento de reclamos y odio llegó Ronda, quien de alguna forma salvó a Ruggero, de una madre dolida y algo estúpida.

-¿Les han dado noticias sobre Karol?—preguntó Ronda.

-Si, ella reaccionó, dice el doctor que abrió los ojos y movió un dedo. Está en el quirófano. Si logran que recupere su respiración normal, vivirá.—dijo el hermano de Karol.

Ruggero intercambio algunas miradas con Ronda, mientras esperaban noticias.

-¿Crees que pueda recuperarse?—dijo, Michael, mientras la familia Sevilla fue un momento con el doctor.

-No lo sé. Probablemente.—Ronda lo miró con aspecto inquisitivo.—Obvio, que subjetivamente lo que más quiero es que Karol esté viva, esté bien y esté conmigo. Pero, objetivamente... tú la viste, Michael, estaba tumbada, con un aspecto tan mórbido que incluso parecía ya muerta, aunque me duela admitirlo.

Michael asintió, dejando a su amigo de lado.

-Señor, Pasquarelli.—Ruggero asintió—Ya puede pasar con la señorita Sevilla, por ahora se encuentra fuera de peligro.

"Fuera de peligro", que mentira, pensó Ruggero.

A pasos agigantados Ruggero se dirigió a la habitación de su novia, y al entrar la vio, estaba ahí, con sus mechas rubias y su piel cristalina.

Él se sentó junto a ella una vez más, y sentía como si nunca lo hubiera hecho.

Acarició su mejilla con delicadeza, y le plantó un beso en la frente, él tomó su mano por un momento mientras la observaba, era la chica más bella que conocía y conocía a muchas chicas bellas, pero Karol. Karol transmitía una belleza diferente, era como algo de otra galaxia.

-Sabes, siempre evité mis sentimientos. Nunca me gustó mucho demostrar lo que sentía por ser lastimado, francamente ahora me arrepiento ya que te veo postrada en esa cama de hospital y sé que quizá ya no me queden posibilidades para ver otra vez tus ojos, tu sonrisa e incluso escuchar tu melodiosa voz cantar al son de mi música. Pero, no me arrepiento de nada de lo que sucedió contigo, quizá hayan pasado problemas y sé que en algunos yo tuve la culpa, pero nos enseñaron muchas lecciones. Todos esos problemas me hicieron volver a creer que el amor verdadero si existe, porque tú existes Karol, y tú eres mi amor verdadero. Y sé que probablemente tú dirías lo mismo si me escucharas, no sé Karol, pero aún siento tu calor, tu buena vibra y todas las cosas lindas que transmites. Te amo, te amo Karol Sevilla.

En ese momento la mano de Ruggero sintió una presión por la de Karol, ella trataba de decirle algo.

Ella lo estaba escuchando.

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