¿Me olvidaran?

Introducción a la percepción de una adolescente

Una niña , trece años más o menos, cabello negro, largo, rasgos bruscos, cejas delineadas naturalmente, ojos, sino grandes , especiales, originalmente eran de un color café claro, pero como toda ella podían cambiar. Tenía una nariz mediana, graciosa, sin una pizca de elegancia, sus pómulos estaban cubiertos de pecas, sus mejillas eran rosadas, redondas, conectaban con sus labios, como todo en ella eran medianos , siempre rosas , suaves , muy expresivos, que con la más mínima de las risas dibujaba a su alrededor dos delgados hoyuelos profundos y obscuros, pero lo más característico de esta niña era una marca blanca como la nieve, y odiada como al mismo diablo, está se encontraba debajo de su boca, era como un río, larga, empezaba desde el final de sus labios y desembocaba en la entrada del cuello, era horrible, para ella, pero la representaba.

La verdad a los ojos de los demás era normal, nadie la veía diferente, nadie creería que a su corta edad había iniciado una percepción diferente de la vida, cómica, triste, e incluso hasta confusa y torpe, su traspaso a la adolescencia era mal visto y muy acelerado, a los 13 años nadie puede definir su sexualidad ¿cierto?, a los 13 años nadie puede cambiar ¿cierto? Nadie puede tener tantas telarañas en la cabeza ¿verdad? A los trece años nadie debe de seguir teniendo "amigos imaginarios" ¿ A que no?. Eso no es correcto, no está bien, debe parar, decían los psicólogos de la niña. ¿Cómo diablos una niña de semejante edad está así? Debe de tener un alto, decían los adultos, ¿ Como los adultos pueden pensar eso sí ellos no ven al mundo como ella?, ¿ Acaso utilizaban algún tipo de magia negra para saberlo?, ¿ Lo veían en sus ojos o en su forma de hablar?, ¿quien se los había dicho?.

La niña lo sabía, sabía todo esto, escuchaba a los adultos pero ellos solo a veces a ella, sabía lo que salía de las bocas de estos seres que eran capases de castigar sin remordimiento, en los que se confía, pero no se les dice lo más íntimo, eso se le dice a los amigos de confianza, pero esta niña no tenía muchos amigos de confianza. Ella se tenía a ella misma, ella y su mente. Su mente jamás la traicionaría, pensaba, su mente jamás la olvidaría quiso pensar, más sin embargo en la vida siempre pasa lo contrario a lo que uno desea, ya que... la vida es una perra.