Hola, Lei:
Para cuando leas esta carta, seguramente ya estaré en la otra vida, pero quiero que sepas que te quiero.
Que te amo.
Nunca dejé de hacerlo, pero fui un cobarde, me dejé enredar por alguien ajeno, sin darte una oportunidad de explicarte.
Estefany me lo confesó todo. Sé lo de su plan, pero ya es tarde, ya te perdí.
Sé a lo que vienes a mi puerta, seguramente te preocupas por mi bienestar, te preocupa que no haya salido en semanas, pero necesito unos días para reunir valor. La decisión que acabo de tomar ya no tendrá retorno y necesitaba pensar bien.
Ya no quiero seguir siendo tu amigo, pero tampoco te puedo reclamar que volvamos a ser novios, no cuando fui yo el que no quiso escucharte. Estoy seguro que me odiaras cuando sepas lo que haré, pero quiero que sepas que no fue tu culpa, sino mía, toda mía.
Mía por ser un ciego que no supo valorar lo que tenía a su lado. Mía por ser tan impulsivo y haberte dicho todas esas cosas que te hicieron dejar de intentar explicarte. Mía por no escucharte.
Mía por creer que tú serias capaz de dañarme, cuando el único nocivo en la relación era yo.
Me voy porque ya no quiero herir a nadie más, me voy porque no creo poder amar a nadie más y tú ya no eres una opción.
Te amo Lei, nunca dejé de hacerlo, no lo olvides.
Atte, Damián.
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¿Podemos ser amigos?|✔
ContoCuando los recuerdos en común no tienen el mejor de los finales... ¿Existe la amistad después del amor? #131 en Historia Corta el 13/02/2020