Jair.

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Estaba encerrado con llave en mi cuarto fumando un cigarrillo llorando como todo un idiota al escuchar los malditos gritos de mi padre acompañado con el sonido de botellas rompiéndose. Estaba ebrio se notaba en su forma de hablar aparte de que yo mismo acabó de escuchar las botellas romperse, me puse mi chaqueta y me lleve la cajetilla de cigarrillos que le quitaba a mi padre con frecuencia y salí por la ventana de mi casa.

Odiaba recordar como su maldita adicción al alcohol arruinó por completo mi vida, y la suya de por si.

Me la pase todo el día en el bosque fumando y llorando, dolía recordar como el causo que se fuera, por su culpa no tengo madre, es un inútil, descerebrado, es un maldito desgraciado, cuanto deseo cumplir la mayoría de edad para largarme de ahí, me da asco de tan solo verle la cara, me ponía los pelos de punta, y el odio crecía cada día más. Salté de el susto cuando escuche a alguien carraspear era un chico,¡POR SU CULPA CASI ME DA UN INFARTO!, total se que exagero siempre lo hago,lo saludé y el hizo eso de vuelta, el chico era pelinegro, ojos azules, y tez blanca,se que soy un chico pero...¡ESTE CHICO ESTA ENTERO E RICO!, era jodidamente guapo,al menos a mi me parecía así,me dijo que se llama Gian un nombre raro pero me gusta, pasamos todo el día fumando y hablando de una a otra cosa, la noche cayó y yo me tenía que ir, me despedí de el, pero antes le pedí su número de teléfono y me fui de allí.

DepressionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora