Take It Well (LS)

2

He llegado, no se a donde, pero lo he hecho.
Me senté en un tronco de árbol, junto a una pequeña choza abandonada.
Oí un perro aullar por ahí, en todo caso yo me encontré esta choza, yo me la quedo.
Estaba demasiado cansado como para ponerme a pelear con un cazador de segunda.

Entré a la choza y me dispuse a "limpiar" un poco el lugar donde me hospedaría por un buen tiempo. ¿Donde estaré exactamente? Salí de un puto bosque de Estonia ¿ahora que hago? Como saldré de este maldito país... ¿Acaso me iré en avión? ¿Con quien? ¿Con que dinero? ¿Con que amigos? No quiero volver con mis padres, Narcotraficantes fracasados. Prefiero no ir que a sufría de un sermón tan fuerte y que me encierren en las grutas abajo de mi casa.

¡ESO ES! ¡LAS GRUTAS! yo se un entrada a ellas, si camino por un día salgo alas afueras de Estonia ¡DONDE ESTA EL AEROPUERTO! ¡TENGO QUE APRESURARME!.

Harry sintió una emoción tan grande, tendrá que hacer muchas cosas antes de entrar a la grutas, pero eso es lo de menos, el tantea que una entrada a las grutas de sus padres esta cerca.

Encontré una pala y pico. Los llevaré
Pero antes debo buscar comida o algún suplemento alimenticio para un día.
Dinero, es lo que necesito ¿donde lo consigo en una situación como esta? Robar.
Robar suena comprometedor, no es lo correcto. Pero es la única alternativa para salir, tendré que hacer una visita al banco, será rápida.

Harry esta intentando salir del bosque sin perderse; tanto caminar en línea recta, al fin la encontró y puso un pequeña señal de que esa era la entrada y salida provisional del pequeño bosque en donde se encontraba.

Caminó arduamente hasta llegar al frente de una oxidada y olvidada gasolinera, no era mucho, pero era algo. A los adentros de la anterior había una pequeña tienda de recuerdos de Estonia. Ahí se encontraba una viejecilla de al menos 80 años.

Harry le preguntó que si tenia algo de comida o herramientas; Esta le contesto que solo tenia un destornillador ...y algunos Panes que había hecho ella.
Harry con gusto los aceptó.

Le di las gracias a aquella mujer y salí de vuelta a mi "refugio"
Puse los panes, mi destornillador y una botella de agua en una mochila que me había encontrado entre algunos arboles, no se de quien era, pero ahora era mía.
Tomé mi pico y una pequeña pala que me encontré adentro de la choza.
Ya traía un abrigo, pero una bufanda no haría mal; me dispuse a cortar por la mitad una camisa vieja con mi navaja, ¡K-BOOM! Una bufanda casera; ponte verga.