De acorde en acorde, la suave melodía procede a sonar.
Cuerda tras cuerda, se cuenta una historia.
Gota tras gota, los recuerdos se aclaran.
Dicen que mientras más lágrimas derrames, más fuerte te vuelves. Pero eso no es cierto, simplemente te destruye.
Y guardártelo no hace más que llevarte hasta el límite.
Él sentado quieto en su habitación, con el único movimiento de sus dedos acariciando las cuerdas de la guitarra; ella corriendo desesperadamente para huir de su propio llanto. Porque ella no debe llorar. No. Eso solo refleja debilidad. En los ojos de todos y cada uno de ellos.
Él siente la briza escaparse por la ventana abierta, en espera del amor de su vida, a pesar de que todos le dicen que tiene toda una vida por delante.
Pero él no lo sabe, ni quiere saberlo, porque el único que tiene otras oportunidades es él.
Ella solo intenta aferrarse a la esperanza.
Su esperanza.
Él, su esperanza.
Los golpes en el cristal suenan delicados e inseguros, cargados de emociones mezcladas dentro de un bolso donde todos sus recuerdos son dejados atrás: las tonalidades grises del puro sufrimiento. Puede que mantenga algún recuerdo bueno, pero éstos simplemente están en un rincón siendo intimidados por sus miedos hacia todos aquellos que debilitaron su pequeño corazón, mostrándole a una niña la realidad de existir.
El abre la ventana, extendiendo los brazos para que ella se sumerja en la única razón por la cual sigue en pie su respiración agitada. A pesar de que se la quite con aquellos raros ojos azules, que tienen tantos significados que no dicen nada. Un beso fugaz recorre con velocidad el aire entre los dos, y una mirada, que simplemente decía todo, los introdujo en el abrazo más puro que dos adolescentes pueden siquiera vivir. Y luego retoman la distancia no deseada de sus cuerpos.
Tienen que ser veloces. Tienen que ser silenciosos. Tienen que ser todo lo que sus ideas no logran procesar.
Dos pares de pies se asoman por la hierba debajo de una ventana, de una hermosa casa repleta de canteros y perfecta pintura. Ellos comienzan a correr con tal sigilo y destreza que cualquiera diría que lograron volar. Y de verdad lo hacían. Levantaron vuelo en la mitad de la noche hacia la libertad. La libertad que a ella le pertenecía. Y que él necesitaba.
Su segunda oportunidad.
Pasaron segundos, minutos y horas. Recorrían cada parte del universo, a pesar de que éste se limitaba a unos cuantos kilómetros.
Algunas cosas sucedían alrededor de ellos, pasaban, miraban, hablaban. Pero sin sonido.
El sonido les era ajeno: la adrenalina y las sensaciones los llevaron a otro plano del mundo.
Uno en el que todo se les era revelado.
Alcanzaron estrellas, llenas de colores y aromas, sobre trazos verdes que se aplastaban bajo sus pies. Y encontraron lo que dividía el camino en dos. Algo que reunía los recuerdos de ambos en unas solas cuatro paredes.
Donde cada día, se llenaban de besos.
Donde cada tarde, contaban a los pájaros.
Donde cada noche, miraban al futuro.
Donde esta madrugada volvían a comenzar.
Se abrazaron y levantaron una muralla a sus alrededores para que nadie los despierte de la felicidad. Donde dentro de aquellos ladrillos y ese hermoso muro, cayeron juntos en las manos del sueño más divino.
Pero un día después, la libertad se les fue arrebatada. Y las alas de ella de nuevo se cayeron. Y las de él se volvieron inútiles.
Y dos días después, el hogar de él estaba vacío. Una única tormenta se cernió sobre aquel hogar, antes habitado por una familia, y por un chico enamorado.
Y en la otra punta de la ciudad, una niña estaba sentada en la ventana, con las nuevas manchas rojas y moradas que portaba su rostro, esperando al menos una respuesta del viento de porque su estrella había muerto, o mejor dicho, se había ido a otro universo diferente.
Y en la oscuridad de una nueva vida que jamás llegó para un pequeño ángel de ojos ámbar, el aire transportó una frase.
"Vuelve conmigo".
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Segundas Oportunidades
RomancePorque cuando necesitas renacer y transformar tu vida, esa persona irá contigo hasta el límite del Universo. Y el mundo volverá a girar, y las estrellas cumpliran sus promesas. O tal vez caigan. Y el mundo vuelva a llorar. ~One Shot~