Aun sigue...

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*Llega a la casa*

Tome mi bolso y al gatito.

*Entra*

Y- Ya llegue!!

M- Bienvenida, quieres comer?

Y- Etoh, pues si

M- Bien, lávate las manos y siéntate

Fui a lavarme las manos y mientras lo hacia

Y- Mamá

M- Si

Y- Pues veras, iba por el parque y escuché que algo se movía entre los arbustos.

M- Y que era?

Y- Un gato muy pequeño

M- Que hiciste?

Y- Pues, busque a su madre o al dueño, pero no había nadie y decidí traerlo

M- Eh!!? Pero porque!!

Y- Porque no lo podía dejar solo, estaba muy indefenso!!

*Suspira la madre*

M- Te dejare conservarlo, pero con una condición

Y- Cual?

M- Que tú te harás cargo de cuidarlo

Y- Bien, pero me podrías ayudar con la comida, el veterinario y cuidarlo solo cuando yo esté en la escuela?

M- Está bien, bueno ya siéntate a comer

*Termina de comer*

Y- Gracias por la comida, estaré arriba

M- Si

Subí a mi habitación y dejé el gato jugará un poco en mi cama, comenzo a revolcarse entre las almuada y cobijas

*Suelta una pequeña risa*

Y- Ah, eres una ternura

Vi por la ventana mientras lo acariciaba, ya se iba esconder el sol.

Y- Ven, te mostraré algo pequeño

*Toma al gato y sube*

Cuando subí, tome al gato y lo coloque en mis piernas de forma que pudiese ver el atardecer.
Se comenzó a acomodar en mis piernas y yo me quite los aparatos.

Me sentia feliz, no solo por ver el atardecer, si no por que estaba acompañada. Algo que pensé que jamás podría ocurrir.

Pasaron unos días después de que encontré a "neko" mi gato. Cómo era de esperarse el maltrato continuaba y cuando llegaba a mi casa, comía muy poco, no dormía casi nada.

Un día mi madre entro a la habitación para levantarme, pero no respondía. Ella comenzó a gritar, a revisarme y cuando yo pensé que ya estaba muerta, desperté.
Estaba en una camilla, me levanté asustada, trataba de quitarme todo lo que traía conectado.
Un tacto me detuvo...

YurikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora