Capítulo Único.

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YiFan se pasaba la mayoría de las noches en ese bar, bebiendo hasta olvidar su nombre. Él siempre lo tuvo todo desde que nació, a excepción de verdadera felicidad, amor y un cálido hogar. Creció viendo la frialdad y distancia con la que se trataban sus padres, sin demostrar nada de amor, ya que no lo había. Sus padres fueron forzados a casarse. Cuando rondaba los catorce años, se enteró de eso, además que sus padres se eran infiel, pero seguían juntos para mantener las apariencias. Tampoco es como si le demostrarán algo de amor o cariño en toda su vida, sus conversaciones con  ellos sólo consistían en fríos saludos por la mañana y nada mas. Era como vivir con extraños, con los años pudo sobrellevarlo y eventualmente le empezó a dar lo mismo.

Una gran ayuda fue su abuela paterna. Esa mujer no tenía unas pizca de maldad en su alma y siempre lo trataba con cariño y calidez.
Lamentablemente era muy anciana y murió cuando él tenía sólo dieciséis. YiFan se sentía desamparado y perdido, esa mujer era la única persona que lo entendía, que le valoraba y que conocía al verdadero Wu YiFan. Ella también lo alentaba a cumplir sus sueños, no se burlaba de él ni de sus miedos. Su muerte le hizo darse cuenta de lo sólo que estaba, lo hundió en una depresión enorme, en la cual tuvo que luchar sólo.

Amigos verdaderos no tenía, sólo conocidos con los que salió a los clubes de vez en cuando. Pero verdaderamente no tenía a nadie con quien recurrir cuando se sentía morir. Sólo tuvo a su abuela y la perdió.

Durante un tiempo de su vida vivió entre las drogas, empezó a consumirlos cuando los antidepresivos no le eran suficiente. Actualmente no consume tanto, pero el alcohol se encarga de arruinar su cuerpo y consciencia. Realmente no se sentía diferente cuando despertaba al otro día, seguía siendo un desastre humano. Nada que ganar y nada que perder. Nada que lo hiciera cambiar de opinión ni rumbo.

Se podría decir que su primer y único amor era el alcohol. El único amor que conocía. Era su única compañía. Y los bares eran su hogar.

YiFan miró alrededor en el bar, había una lenta y pegajosa balada de Rock sonando, inundando cada rincón del bar, pero sin ser molesta para las conversaciones de las personas.

-¿Quiere algo más, señor?- pregunto el barman. YiFan de aquel hombre sólo conocía la voz y no era porque el lugar fuera oscuro o algo así, pero siempre que estaba a ese allí mantenía la cabeza agacha y sólo la levantaba para ver de vez en cuando a las personas con buena voz cantando de vez en cuando el mini escenario.

Por primera vez se digno a observar a la persona que siempre le servía sus tragos.

Su mirada viajó del delantal que a medias ocultaba una camisa negra, si no se equivoca, siguió su travesía a través se ese estrecho cuerpo y llegó hasta la cara del chico. No era feo, para nada. Era bastante guapo y más cuando empezó a sonreír.

-¿De qué te ríes, chico?- A YiFan no le gustaba que se burlen de él y por más atractivo que le pareciera el barman no le iba a temblar la mano si tenía que romperle la cara. Aunque si lo pensaba bien, sería una lastima ver esa carita lastimada.

Tenía demasiado alcohol en la sangre.

-Oh, nada. Es que me de gracia, ya sabe. Es la primera vez desde que lo veo aquí que puedo observar su rostro. No se lo tome a mal, por favor-. YiFan no sabe porqué, pero le parecía linda la forma en que el lindo chico movía sus manos explicándole. Sin darse cuenta, estaba sonriendo. El chico tenías una apariencia ruda, YiFan podía jurar que era casi tan alto como él y no tenia rasgos tan finos, pero no menos atractivos. Aún con esa fachada, el niño le pareció una ternura.

El chico inclinó un poco su cabeza hacia un costado, como las aves, ya que YiFan se estaba deshaciendo en carcajadas por las babosadas que estaba pensando. YiFan dejo de reír cuando vio el tierno gesto de cabeza del chico lindo y sin darse cuenta lo imitó, lo cual hizo sonreír al lindo barman.

Totalmente ebrio. 《Taoris》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora