II

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Cap 2:


Harry paseaba por los pasillos del edificio acompañado por su amigo Niall.

No había sido un buen día, particularmente porque luego de encontrarse con Sean coqueteando con su padre, llegó a la escuela donde le tocaba su clase menos favorita: Biología. Y en el tercer periodo luego de unas cuantas ofensas, tuvo que volver a almorzar en el baño para que no le arrojaran la comida al suelo.

La vida de Harry no era para nada fácil, ser bisexual u homosexual implicaba tener que enfrentarse a todo y a todos, y Harry era muy jóven para soportarlo.

Él tenía sus días de felicidad, no lo duden, entre tanto dolor sus amigos: Niall, Liam y Zayn, lo hacían sentir querido de algún modo.

Claro que su padre Louis también lo hacía, solo que de una manera más peculiar, además, si no lo quisiese no lo hubiese adoptado en un principio.

Sus amigos Liam y Zayn eran mejores que él soportando esas cosas, claro, ellos eran dos y estaban seguros de que nada que les dijeran los demás podrían interponerse en su preferencia sexual. Ellos habian tomado una decisión respecto a su orientación,siendo así, a los demás ya no se les ocurría a quien molestar.

Quien mejor que el pequeño e indefenso Harry Styles.

Harry, que había vivido toda su vida en Holmes Chapel junto con Louis y su abuela Jay, se encontraba viviendo en Doncaster desde hace 3 largos años y aún no lograba adaptarse.

Harry, quien no sabía como definir su sexualidad aún, se descargó en las primeras personas que conoció y pudo llamar amigos en esa escuela: Liam y Zayn.

Ellos lo entendieron por completo, incluso guardaron su secreto porque sabría que tendría problemas. Pero uno de esos oídos chismosos que pasaba por ahí se encargó de que toda la escuela lo supiera.

Jay Stevens molestaba a Harry en manera emocional y física y él no podía hacer nada al respecto.

Niall se había ofrecido a darle una lección pero estaba más que claro que era imposible.

Liam y Zayn cuidaban de Harry cada día, sin embargo este no zafaba de todos sus problemas: De su gran problema, que era ese pesado chico rubio que arruinaba su vida cada día.

Así era como Harry, acompañado de Niall, volvía a casa todos los dias: Cansado, golpeado, adolorido, tanto emocional como en cualquier otro sentido.

Y Harry no podía contarle a Louis que era lo que sucedía.

Harry tenía la habilidad de entrar en razón. Él bien sabía que si no decía algo el dolor nunca se terminaría, pero también sabía bien que si decía algo las cosas se pondrían peores. Y si lo que le estaba pasando era lo mínimo, no quería imaginarse lo que le esperaría cuando todo se ponga peor.

Así que Harry decidió mantener su boca cerrada por el momento hasta encontrar una solución.

-¿Seguro estas bien, Harry?-Por suerte tenía a su amigo Niall quien siempre se preocupaba por él, incluso cuando no se reía de algún chiste, Niall ya creía que algo malo le pasaba. Y eso le hacía sentir a Harry muy especial en cierta forma, porque al menos, tenía a una persona en quien confiar.

-Um..sí, Ni. Nos vemos mañana, ¿Si?-El rubio asintió. Harry abrió la puerta y se adentra en su departamento.

Niall se apoyó en el marco de la puerta un segundo para despedirse apropiadamente de Harry.

-Sabes que si te sientes mal puedes venir a dormir conmigo y veremos todas las películas porno que quieras, ¿Cierto?-Harry soltó una sonora carcajada y a Niall se le iluminó el mundo.

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