IX

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Cap 9:


Maratón 2/? 7u7

Al llegar a la puerta del edificio Harry entró tan rápido como un rayo.

Llorando un poco en su trayecto hasta su piso en el ascensor, hasta que al llegar a la puerta se dió cuenta de algo:

Louis era el único con llaves y hoy no se las había dejado.

Entonces tomó aire y pensó.

Cuántas posibilidades habría de que Louis se enojara. Una en un millón.

Pero Harry no podía entrar llorando y llegando temprano de la escuela sin ninguna excusa. No. Hoy era ese día.

Ese día que Harry creyó que nunca llegaría, y lastimosamente, algún día debía pasar.

Hoy Harry le diría todo a Louis.

Louis se encontraba de espaldas a la puerta, en la cocina revolviendo una olla con spaguetti con salsa y tarareando alguna canción de Ed Sheeran. Cuando la puerta suena.

Es raro, por que Louis nunca recibe visitas a esta hora. Pero quizá sea Sean, posiblemente , o Jay vino desde Holmes Chapel.

-¿Sean?-Preguntó caminando a la puerta y apagando el fuego.

-N..no soy Sean.

Algo en Louis se rompió.

Apresuró su paso hasta la puerta y en cuanto metió la llave y la abrió lo vió:

Harry. Su bebé, su pequeño. Con los ojos inflamados, la nariz roja y chorreante. Su labio inferior temblando y sus mejillas sonrojada.

Su mirada reflejaba lo destruido que estaba.

-B-bebé...-Louis tenía la voz rota.

Harry se lanzó a sus brazos sin decir nada. Solo llorar, lamentarse, llorar y llorar.

-Sácame de aquí.-Suplicaba el menor sin dejar de llorar sobre su pecho.

En la garganta de Louis había un nudo y su cerebro aún estaba en shock, pero él no hizo nada más que complacer a su bebé.

Tanto Harry como Louis subieron las escaleras hasta la habitación del mayor, con dificultad, ya que Harry no quería soltar a Louis y Louis no quería soltarlo.

-Amor, mirame amor. Estoy aquí, nada va a pasarte.-Al entrar, Louis y Harry cayeron al suelo por inercia, y Louis se sentó a horcajadas sobre Harry con cuidado de no lastimarlo.

Harry seguía llorando en silencio, pero desesperadamente.

Louis acariciaba su mejilla secando esas pocas lágrimas que terminaban de caer de sus ojitos verdes.

Louis tocaba cada facción de su perfecto rostro con la yema de sus dedos.

Pasaba de las mejillas, a la nariz y luego a sus labios.

Dios...sus labios. Tan rosados, gruesos y carnoso. Cualquiera querría mordisquearlos hasta hacerlos explotar, se veían hermosos y brillantes a causa de la saliva de la lengua de Harry.

Y CUALQUIERA, incluye a todos.

-P-papi...-Harry temblaba debajo de Louis.

-Lo siento, amor. ¿Te estoy lastimando?

-N-no...-Louis levantó a Harry con cuidado y lo depositó sobre la cama arrodillándose a su costado.

-¿Qué ocurrió, amor? Cuéntame, por favor.-Louis acariciaba el rizado y suave cabello de Harry enredando un dedo en cada uno de sus rizos y cambiandolo por otro, así sucesivamente.

-Hay algo que debo decirte p..pero...-Pero Harry volvió a llorar.

-Ya, ya amor. Ya no importa. Lo que importa es que estás en casa y estás conmigo, y te amo.

Todo desapareció. Solo eran Harry y Louis mirandose fijo a los ojos con ese brillo especial que caracteriza a ambos.

Verde y azul conectándose de la forma más especial y hermosa.

Hasta que ya no hubo espacio entre ellos dos.


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