Nael en multimedia.
-Espera deje mi bolso en el gimnasio- le comento a nath me dirijo al gimnasio del instituto, mientras voy caminando escucho música en mi móvil, entro a los baños de mujeres y escucho gemidos, recojo mi bolso del casillero, cuando estoy por salir la puerta del baño de donde salen los gemidos cae haciendo que los chicos que esta haciendo eso caigan.
-Jeremy- pregunto
-Nael no es lo que piensas- dice nervioso
-Sabes que, ahórrate tus excusas baratas- le digo
-Te pude quitar a jeremy pequeña nael- dice la rubia plástica vistiéndose
-Y te lo puedes quedar no me hace falta- le digo, me acerco a ella y le doy una sonora bofetada
-A mi no me tocas, que te pasa estúpida- la jalo de sus exenciones y la saco del gimnasio arrastrándola, llego al pasillo en donde me esta esperando nath y ella me mira con una sonrisa victoriosa en la cara.
-Esto es para que todos vean lo que eres- le grito, todos los que estaban en el pasillo posan las miradas en nosotros la suelo mientras camino.
-Nael perdóname- dice jeremy en frente de mi, le sonrió y le doy un puñetazo en la nariz, llega nath y le da otro puñetazo pero en el ojo derecho la miro sonriendo y la abrazo
-Por eso eres mi mejor amiga e hermana - le digo
-Te amo- dice, le cuento todo lo que sucedió y ella solo no paraba de decir palabrotas, salimos del instituto y vamos camino a casa.
(...)
-Chicas que bueno que llegaron- dice mi padre
-Que se te ofrece- le dice nath por cierto somos hermanas, yo soy adoptada.
-Ethan Miller nos debe una gran cantidad de dinero, y nos esta traicionando con los enemigos- dice- y ustedes son mis mafiosas favoritas, tienen que hacer ese trabajo a las 10:00 en el casino, ya les tengo las entradas- Nath y yo sonreímos.
-Lo podemos matar como queramos- digo
-Como ustedes quieran pero lo matan- dice
-En sus habitaciones están sus atuendos para está noche- dice- por ahora se pueden ir a preparar sus armas.
-Vamos a estar en el gimnasio toda la tarde- digo
-Nuestras armas siempre están preparadas- dice nath.
-Esas son mis chicas- dice orgulloso, mientras solo nosotras rodamos los ojos.