"You're Mine" [Freddwyn]

II. Secreto

Freddy se encontraba muchísimo peor, trataba de controlarse y no caer inconsciente. Estaba muy confundido, le costaba mantener los ojos abiertos y caminar por su cuenta, sentía que el piso se movía, como si estuviera abordo de un barco en alta mar; escuchaba muchas voces hablando en su cabeza, pero ninguna destacaba sobre otra, eran murmullos, como si alguien estuviera tapándole los oídos con las manos, o como si estuviera bajo el agua, no entendía nada. Este era uno de esos casos casi únicos; literalmente podía contar con los dedos de una sola mano las veces que se sintió así de mal por culpa de Fred, quien tampoco se encontraba del todo bien. La histeria y paranoia lo inundaba.

Mientras tanto, en lo que era el trayecto a la enfermería, Owynn hacía todo el trabajo, sí soltaba a Freddy, éste sin duda se caería y probablemente ya no se levantaría, que a este punto estaba balbuceando, decía cosas sin sentido, y se enojaba con el aire, ya que de vez en cuando levantaba la vista y fruncía el ceño. Sus pasos eran muy torpes y débiles, sus rodillas falseaban mucho, tanto que ambos estuvieron cerca de caerse un par de veces, si fuera porque Owynn reaccionaba con rapidez, las probabilidades de que terminaran en el suelo serían cien por ciento afirmativas.

Después de unos cuantos minutos llegaron a su destino, donde le asignaron una cama a Freddy para que descansara y pudiera recuperarse. En cuanto tocó la almohada sus ojos se cerraron de inmediato y no se volvieron a abrir. Su piel se veía más pálida y estaba sudando, la enfermera notó esto y decidió que lo mejor era desatarle el cabello, poner un trapo fresco en su frente, abrir un poco su camisa, y retirar la corbata y zapatos; después se dirigió a Owynn para decirle que iba a ir con el director unos momentos para avisar a su casa, que vigilara a Freddy y si notaba algo fuera de lo común o alarmante la buscara de inmediato, dicho esto, salió a paso rápido dejando a ambos chicos solos.

El ambiente en cuestión de un minuto cambió por completo; se sentía muy pesado y parecía que hasta el cuarto se había oscurecido. La cara del que se encontraba junto a Freddy se había revelado por completo, ya no había razón para utilizar esa máscara de chico amable, despreocupado e inocente; sus colmillos se asomaban por culpa de una sonrisa amplia en su rostro.

Había mucha malicia en su mirada, disfrutaba ver a Freddy reaccionando a su presencia, nadie había mostrado alguna alteración, lo que hacía que permaneciera en anonimato, amaba como su ego se elevaba al notar la cantidad de poder que tenía sobre otros. Sabía que su jefe estaría muy complacido con su nuevo descubrimiento, sin embargo había algo en él que quería guardar el secreto y tenerlo sólo para él; no tendría que seguir ninguna regla y si hacía todo bien incluso podía ir en contra de su superior y ser él el que manda. La sola idea había acelerado su corazón y lo llenaba de adrenalina.

Todo esto hacía que quisiera reír, pero decidió que la disfrutaría más cuando tuviera la victoria asegurada y todos a sus pies, por el momento mordería sus lentes para resistir la tentación que tenían sus mejillas de elevarse hasta sus ojos.

Estaba maravillado, jamás creyó que encontraría algo bueno en esa escuela. Era perfecto. No llamaba mucho la atención, formaba parte de una banda relativamente numerosa que a su vez tenía contacto con más bandas y alumnos de la escuela, sabía que de vez en cuando cantaba y que era muy impresionante –según palabras de sus amigos– además de que guardaba muchos misterios. Simplemente perfecto. Podía experimentar con él y nadie se daría cuenta, ni siquiera sus 'secuaces' o su 'jefe'. Y si todo salía bien lo usaría como foco de infección de la sombra.

–Que interesante, Freddy. Bienvenido a la familia –dijo por lo bajo, aún mordiendo sus lentes y con esa sonrisa maliciosa.

Miles de ideas corrían por su cabeza, una detrás de otra que a su vez se juntaban y creaban otras más; podía sentir como se le erizaban los vellos corporales por la emoción de ejecutar su nuevo plan, pero debía ser cuidadoso, si cometía algún error no volvería a tener otra oportunidad como ésta. Pensaba y pensaba hasta que encontró el plan perfecto; primero comenzaría por volverse cercano a él y al mismo tiempo iría 'oscureciendo' estudiantes de su círculo cercano para generar ansiedad, dudas y miedo, cuando se haya ganado su confianza tendrá más oportunidades para estudiarlo y aprender más cosas, incluso revele alguno de sus secretos. Y cuando Freddy esté confundido y asustado, tomará eso a su ventaja y lo 'oscurecerá', lo hará su esclavo y lo utilizará para hipnotizar a toda la escuela, derrotar al maldito de su jefe y ser por fin el más poderoso de todos los villanos.

Todo sonaba tan bello que no pudo evitar soltar una pequeña risa, y su cuerpo se estremeció de emoción.

–No me importa cuánto me cueste. Tú serás mío y me ayudarás a triunfar. –La sonrisa se ensanchó más, esta vez no trató de esconderla, lo hacía con todo el descaro del mundo.

[...]

Los minutos pasaron, Owynn seguía repitiendo su película mental de cómo conseguiría la victoria absoluta mientras veía el cuerpo de Freddy en la camilla. Esa sonrisa engañosa seguía regresando de vez en cuando; aunque en algún momento el silencio se vio perturbado por un sonido ahogado.

El pecho de Freddy subía entrecortadamente y sin algún orden aparente, bajo sus párpados se notaba como los ojos viajaban rápidamente dentro de la cuenca, su boca ahora algo abierta buscaba aire, asemejándose a un pez fuera del agua. Owynn se acercó un poco, deseando ver con más claridad sus expresiones; el cuerpo de Freddy comenzó a temblar y su camisa se humedecía por el sudor. Se acercó un poco más; sus cejas se arquean en forma de "U" acercándose a sus ojos, su boca se abre más, su pecho sigue agitado. La sonrisa había vuelto a su rostro. Se acercó un poco más; sus manos sufrían de pequeños espasmos, hacían un esfuerzo por agarrarse de algo, empieza a producir sonidos más fuertes, se ahogaba. Se acercó un poco más; sus rostros cercanos, sus vellos erizados, sus respiraciones agitadas, sus pieles transpirando.
Se escuchan pasos ligeros en el pasillo. Owynn se endereza regresando a su posición anterior; los síntomas de Freddy disminuyen, volviendo a como lo había encontrado la enfermera, quien justo entraba por la puerta.

—Su madre viene en camino, si gustas ya puedes retirarte, tus clases están por comenzar, aunque seguramente tu amigo querrá verte al despertar, yo podría encargarme de que estés aquí sin perder asistencia. —Mencionó con rapidez la muchacha sin perder su aire amistoso. Gustaba de la compañía de los alumnos y siempre trataba de convencerlos para quedarse.

—Excelente, espero que se mejore cuando despierte. Y es una magnífica oferta que amaría aceptar, pero si me disculpa, me retiro ya. —Al finalizar realizó un gesto de 'OK' con la mano y se fue sin más. Los músculos en sus mejillas se contrajeron nuevamente.

La enfermera pensó en su camino de regreso a la enfermería que sería bueno hacer otra revisión sólo en caso de que algo más haya pasado mientras estaba ausente. Pensaba recaudar más información del chico que lo acompañaba para poder darle detalles necesarios a la madre de Freddy. Entró a la habitación y pudo ver de reojo que todo estaba igual, tanto su paciente como el acompañante. Notó que el ambiente se sentía más tenso y pesado, aunque no estaba así cuando ambos chicos llegaron. Para poder librarse del pesar del cuarto decidió iniciar una conversación, pero todo pasó muy rápido con casi nulas oportunidades de preguntarle al chico que ahora se retiraba por la puerta.