rayos y latidos del corazón

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Yoongi había descubierto que la vida de un estudiante no era para nada como la que se imaginaba. Pensaba que, dejando Daegu para irse a estudiar a Seúl se llenaría de experiencias emocionantes típicas de la juventud, que haría un grupo de amigos con los que saldría a aventurarse y que viviría los momentos más bonitos de su vida. Pero ese era su segundo año allí, y todavía no había pasado nada de eso. Los estudios era agotadores, y además tenía ese trabajo de medio tiempo de dependiente que le obligaba a conversar con gente desconocida, cosa que odiaba. Tal vez por esa razón se le daba tan mal hacer amigos, y no tenía ninguno. Echaba de menos su familia y la gente de Daegu. Hacía dos años se quería ir de allí porque se sentía asfixiado al conocer todo y no haber nada nuevo en su vida, y ahora se encontraba aterrorizado porque nada le era conocido.

Se pasaba las tardes viendo películas o, cuándo se sentía especialmente triste, tocando el piano. Esa era una de esas tardes. Se había tomado una pausa para fumar, pero cuando se asomó por la ventana para no llenar su apartamento de humo, se encontró con que estaba lloviendo con mucha fuerza. Ni siquiera se había dado cuenta.

Se apoyó en el marco de la ventana para observar las gotas. El aire frío era agradable. Era de noche, y la luz de la luna era tapada por las grises nubes, así que las luces de la calle y los focos de los pocos coches que pasaban resaltaban entre tanta oscuridad.

De repente, el viento comenzó a soplar más fuerte y a dirigir las gotas hacia su rostro. Los toldos se comenzaron a agitar con fuerza. Yoongi fue a buscar el bastón que usaba para recoger el toldo, y cuando volvió a asomarse a la ventana se encontró con que su vecino de al lado intentaba subir el toldo con una expresión de preocupación. Ni siquiera se dio cuenta de que Yoongi estaba mirándole. Cuando un trueno sonó, dejó escapar un pequeño chillido y cerró la ventana con rapidez, dejando la tarea a medio hacer incluso olvidando el pequeño palo metálico que se usa para hacer el toldo girar. El pelinegro decidió cogerlo antes de que se cayera, o que por el viento golpeara el cristal y rompiera la ventana de su vecino. También, pensó que estaría bien si recogía su toldo por él. Luego hizo lo mismo con el suyo, y cerró la ventana. Ahora tendría que ir a casa de su vecino a devolverle el bastón, ¿no?

Si no recordaba mal, aquel chico se había mudado al departamento de al lado hacía unos meses, al comienzo de la etapa escolar. Seguramente también sería un estudiante de recién ingreso en la universidad, así que sería de una edad parecida a la de Yoongi. No había coincidido con él muchas veces, solo un par en el ascensor, pero siempre que lo había visto llevaba un color de cabello diferente. Siempre le sonreía muy ampliamente y le deseaba un buen día. Yoongi contestaba con monosílabos, se le daba mal hablar con la gente.

Cogió aire y agarró el bastón metálico. No existía la posibilidad de quedárselo en su piso por vergüenza a hablar con el vecino. Tampoco podía volverlo a dejar colgado del toldo. Lo correcto era llamar al timbre y devolvérselo. Así que se puso unas zapatillas de estar por casa, y se cambió su camiseta manchada por una limpia. Cogió las llaves antes de salir de su apartamento (no sería la primera vez que se le olvidaban dentro) y inhaló con fuerza antes de llamar al timbre. La puerta del departamento contiguo no tardó mucho en entreabrirse, y apareció la cabeza del chico -ahora rubio- asomándose.

—¿Hola?

Yoongi se puso nervioso. ¿Que debía decir? ¿"Hola, te has dejado el palo del toldo colgando y lo he cogido sin saber por qué"'. En ese momento se sentía estúpido, debería haber dejado las cosas como estaban, y no meterse en problemas. Pero ya no había vuelta atrás.

—Eh, hola... —se rascó la nuca—. Ve-verás, soy el vecino. Cuando he ido a re-recoger el toldo, heee... he visto que había dejado el palo —señaló el bastón que agarraba con su mano izquierda— y parecía que se iba a caer así que... pues... eso. Y y-ya de paso he recogido su toldo. Espero que no, que no le importe. Toma.

Lighting and heartbeat | yoonseok OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora