El peligro se acercaba,
no era yo,
eras vos.
tenía miedo,
terror
de que te fueras,
con tus preciosas mejillas coloradas,
coloradas como tu sangre después
de tu intento.
Estaba aterrrada,
porque te ibas a ir sin siquiera acercarte.
Sos mi rehén,
yo no quería esto,
no por completo,
me gustaba que tus manos me tocaran
como pétalos que rozan un cuchillo,
como pétalos a la deriva que rozan con el viento,
que se deleita,
pero se deleita tristemente,
porque el pétalo no se percata de su
existencia,
el pétalo tiene terror,
el viento también.