J A M I E

Tienes un problema

Mientras miraba hacia la ventana veía a los demás estudiantes que no tenían clase.
Me di cuenta que el profesor de Sebastián no había asistido, ya que lo vi ahí afuera rodeado de sus miles de amigos, riendo y disfrutando del momento.

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¿Cómo lo hace?

¿Hacer qué?

Pues hacer eso; sentarse y reír con todos, platicar como si los conociera perfectamente... ¿cómo lo hace? ¿Es verdad que es fácil?

Es fácil para ellos, son divertidos, atractivos... Simpáticos
Quizás tú no eres así.

Pero qué cosas dices... Yo soy muy divertida.

Pero puede que para ellos no lo seas, mírate, no eres su tipo. Son personas superficiales que sólo se juntan entre ellos para aumentar su ego.

Qué estupidez.
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- ¡¡Heeey!!

- ¿Qué?- volteé.

Alejandra estaba a un lado mío viéndome con los brazos cruzados.

- ¿Tienes algún problema con las ventanas? ¿Te pasa algo?

- Estoy bien... Creo- dije- es sólo que esta mañana hay algo que me hizo pensar acerca de mi existencia y de mi forma de ser.

- Pero qué cosas dices- dijo riéndose- sabes que puedes contarme lo que sea, ¿esta bien?
Sólo que en este momento no, porque la maestra ya nos está viendo un poco raro y por lo menos yo no quiero problemas.

- Está bien.

Seguí pensando en aquello... ¿Sebastián tiene cerebro? Siempre me pregunté eso, pero no sólo de él; también de sus amigos... Sinceramente no puedo creer lo que me dijo, eso fue como una cachetada para mí
Hace mucho que no pongo atención acerca de lo que hago todos los días...

El timbre sonó y me sacó de mis pensamientos. Genial. Ni a la clase puse atención.
Guardé mis cosas y vi a Alejandra hablar por teléfono. Después de un segundo ya no la vi por mi camino ¿a dónde habrá ido?

Recorrí el pasillo lleno de adolescentes idiotas como yo y la vi en la entrada. Me estaba esperando.

- ¿No pudiste esperarme de la misma forma en la entrada del salón?

- Lo siento, era mi mamá al teléfono.

- Demonios- dije- ¿qué pasó ahora con tu hermana?

La hermana de Alejandra, es una de las chicas más sorprendentes que he conocido en el planeta. Siempre está de fiesta, saliendo con chicos... Y lo mejor, tratando de ser una buena madre, que obvio eso no le ha salido bien.

- No ha llegado a casa... Seguramente amaneció por ahí con alguien. Mi mamá quiere que vayamos a buscarla

- Tu mamá sigue creyendo que con regaños podrá detenerla

- Sí...- dijo- perdón, sé que íbamos a hablar, pero tengo que irme.

- No te preocupes Ale, espero encuentres a tu hermana y me llamas cuando estés en casa, tal vez te visite.

- Claro que sí, nos vemos.

Salió y decidí ir a la biblioteca a entregar unos libros. La maestra insiste en que internet no es muy creíble, así que nos pide sacar información de los libros. Y pues... Yo soy la única que lo hace.
Seguí caminando y entré a la biblioteca, saludé al señor Roberto y le entregué los libros.

- ¿Te fueron de mucha ayuda?- preguntó.

- Espero que sí- dije sonriendo- no revisó la tarea... Pero estoy segura de que estará bien ya que le dediqué mucho empeño.

- Así será- dijo amablemente- Ya entregaron algunas novelas, puedes ir a ver cuál te gusta. Creo que trajeron una que me habías pedido, no recuerdo bien el nombre, pero en fin, puedes buscarla.

- Oh sí- dije- creo que ya sé cual, vuelvo en un momento.

Me dirigí al pasillo y vi ahí las novelas de Jane Austen, me di cuenta que ahí estaba persuasión. Muchas personas recomiendan este libro y vaya que he te ido demasiadas ganas de leerlo. Mi momento a llegado.
Me quedé parada viendo la portada del libro, cuando escuché que alguien se acercaba al pasillo.

No me importó de quién se tratara, así que me di la vuelta y me fui.
Pero vaya, al doblar el pasillo me tropecé con alguien.

- Ups, perdón. Soy muy estúpida- dije- te ayudo a juntar tu libro

- Oh vamos Nora, no puedes ir por todo el mundo diciendo que eres estúpida.

Otro encuentro.
Sebastián.
En la biblioteca.
Con un libro.
¿Cuantas sorpresas me puede dar este chico "idiota"?

- Así que estás leyendo “La odisea”.

- Sip. Mi maestro de historia siempre habla de ello, y bueno ya me tenía enfadado así que decidí leerlo para ver si es cierto que es un libro increíble.

No supe que decir después. Sebastián no es ni mi vecino, ni mi amigo, ni mi amigo de la infancia. Él no es nada de mí, solo es otra persona común y corriente que vive por el mismo rumbo que yo.

Me quedé inmóvil pensando, normalmente estoy hablando con Alejandra, es con la única que hablo...

- Y ¿qué tal tú?- dijo.

- ¿Qué?

- Ese libro, ¿es bueno?

- Ahh- comencé a reír como una ESTÚPIDA- Se llama persuasión, es de Jane Austen.   Apenas lo voy a leer.

- Mmm, no había oído de ella. ¿Haz leído alguno?

-Sí. Orgullo y prejuicio. Es muy bueno

- Hey, ¿que te parece si vamos a casa juntos y me hablas acerca de ese libro?

- Umm, suena bien.

- Perfecto, iré por mis cosas.

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Hiy, ¿quí ti pirici si vimis i cisi jintis y mi hiblis icirci di isi libri?

¿Que es esto?

No lo sé, me estás aterrando. Por favor, no hables con él recuerda que es un IDIOTA

No puedo. No puedo dejar de hacerlo.
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