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Cuando llegamos a casa, me ayudó a bajar de mi auto, bueno, el literalmente me cargo hasta la puerta de mi casa, me bajo cuando le dije que tenía que sacar las llaves de mi cartera, abrí y el volvió a cargareme para después dejarme sobre el sofá, sin decir nada me fue hacia la cocina, si amigo, como en tu casa, yo lo podía ver de donde estaba, prendí la televisión y espere a que vuelta. Cuando terminó lo que sea estaba haciendo volvió, con él traía dos tazas que tenían chocolate caliente, estábamos entrando al invierno por lo tanto hacia algo de frío, estuvimos un tiempo en silencio solo con el ruido de la tv de atrás hasta que el rompió el silencio

-vas a contarme que te sucedió?- me dijo mirándome atentamente

-debería?

-dado a que si no fuera por mi probablemente sigas en esa carretera a punto de morir, si, si me debes una lógica explicación- Lo pensé un momento, no era la gran cosa así que simplemente decidí contarle

-cuando salí del centro comercial ya estaba oscuro, había dejado mi auto en un callejón así que cuando fui por él un sujeto me sorprendió por detrás y me pidió que le de mi auto

-déjame adivinar, no se lo diste- su miraba era reprochadora

-obviamente no se lo di, ese auto es mi hijo, gaste toneladas de dinero en el

-seguramente tu papi no tenía problema de comprare otro -hablaba con un tono de risa, lo mire, se estaba metiendo en un terreno equivocado y eso le iba a costar

-Por supuesto, por que no le vamos a preguntar a su tumba?- su sonrisa de desvaneció, después de un rato de silencio hablo

-lo siento, yo no sabia

-no, obviamente no lo sabias, la gente no suele saber muchas cosas de mi- le respondí sin dejar de mirar la televisión

-y eso por que?- era obvio que me estaba mirando, pero no le prestaba atención

-Entonces juguemos a un juego- dijo e chico a mi lado después de no recibir una respuesta de mi parte

-Cual?

-20 preguntas- contesto con una sonrisa traviesa

-Realmente eres una niña- Dije mirándolo de forma divertida 

-Oooo vamos...

-Bien, pero comienzas tu

- muy bien, comenzamos con cosas básicas ¿edad?

-lo mire con cara obvia- enserio?

-yo tampoco soy muy bueno- ambos reímos

-17- el me miro, parecía impresionado

-buen chiste- dijo mirándome a los ojos-

-no es mentira, mi identificación esta en mi cartera

-como explicas que manejas?

-autorización- dije obvia

-niña lista- contestó guiñandome

-y tu? cuantos años tienes?

-20- lo mire, solo era 3 años mas grande que yo, pero seria ilegal si estuviéramos juntos, espera Bella que diablos dices

-me toca, con quien vives?

-me vas a secuestrar o algo así?- sus preguntas me causaban risa

-que graciosa, responde- me dijo con un tono de simpatía

-sola, solo yo en esta hermosa mansión- le dije señalando con mis brazos la gran casa

-Por favor, tiene que ser broma, tu madre en donde vive entonces?- otra vez con esas preguntas

-ella está feliz al lado de mi padre- silencio, se notaba que se sentía incomodo, me sentí mal por eso así que cambié de tema.

-cuantos tatuajes tienes?- le pregunté señalando su brazo en donde se asomaban varios de ellos

-de hecho perdí la cuánta

-como pierdes la cuenta de los tatuajes que tiene?

-cuando tienes demasiados- mientras decía esto se desabrochaba la camisa, cuando termino de sacársela no solo tenía un cuerpo de infarto, sino que este estaba lleno de tatuajes de diferentes formas, todos del mismo color de tinta

-wow- enserio Be?, wow es lo único que te va a salir- son muchos- añadí para no quedar como una estúpida, el se sentó a mí lado aún si camisa

- y tú? - dijo mirándome atentamente

-yo que?

-tatuajes? - me miró con curiosidad

-yo no pierdo la cuenta de los míos- dije mirándolo atentamente

-enserio cuántos tienes?

-estoy a punto de llegar a los 50

-no te creo

- acaso hay algo en lo que si? - nunca creía nada de lo que yo le decía

-pruébalo

saque mí remera de manga larga, no era mentira tenía muchos tatuajes, cuando los vio su cara mostraba que no se lo veía venir, fui a la cocina por una servilleta mojada y la pasé por mí cuello, allí había más pero a veces No tenía ganas de mostrarlos y simplemente los maquillaba

-por que los escondes?- me pregunto una vez que había terminado de quitar todo el maquillaje, esto era raro aunque no se sentía así, estábamos los dos sentados en mí sofá sin remara

-a veces me incomoda como me mira la gente por la calle, a veces es divertido, a veces no

-no tienes por qué darle importancia a lo que digan los demás

-tienes razón, pero es complicado

-a partir de ahora no más maquillaje nena- dijo con una sonrisa

-lo intentaré - le contesté mirándolo, vimos un poco de tele en silencio, juntos comenzó una película, no sabía cuál era pero parecía estar buena, de a poco se me fueron cerrando los ojos, hasta que no supe más nada, ya estaba dormida

A la mañana siguiente

Me desperté en mí habitación, no sé cómo llegué aquí, recuerdo haberme quedado dormida con Tadeo en el sofá, o por dios Tadeo, me levanté rápido, pero baje la velocidad de mis movimientos cuando senti un tiron en mi pierna, la herida seguía allí y el efecto de la anestesia se había evaporado por lo tanto dolía como los mil infiernos, me dirigí al baño lentamente, lave mis dientes, cambie mi vendaje y baje, me asomé a la cocina y ahí estaba el de espaldas a mi, parecía que cocinaba algo, solo con su pantalón de chándal y una gorra que traía ayer.

-nena quieres matarme de un susto?- dijo apoyado en la isla de la cocina

-no me digas nena- lo fulmine con la mirada

-como digas nena, te prepare el desayuno, cómo estás de tu pierna?
-Duele como el infierno- el solo sonrio y se acerco para ayudarme a caminar hacia la cocina, cuando tome asiento mire toda la comida que había preparado, tome un pequeño trozo de waffle y lo probe.

-y que tal?- pregunto refiriéndose a la comida

-bastante bien- dije mintiendo, está delicioso

- o vamos está buenísimo -dijo comiendo de su plato

-la verdad... - su celular me interrumpió, el lo atendió

-hola
Si
Ahora?
Okey

Cuando termino su llamada me miró, -tengo que irme pero hoy a la noche paso por ti, hay carreras, me dijo desde la puerta y se fue sin darme oportunidad de contestar, y ahí quedé yo, comiendo mí delicioso desayuno, quién diablos creía que era?

Tadeo O'ConnorWhere stories live. Discover now