Hay pecados los cuales no nos arrepentimos, simplemente nos esclaviza y liberan.
Sentir la humedad de tu sexo, el quiebre de tu voz, me hace un desastre como un "esclavo anhelando libertad a sangre y fuego" y que es la libertad sin tus besos, sin los barrotes de tus piernas encadenando mi cintura, mientras gota a gota humedeces mi sexo, dime que es la libertad sin la fragancia de tu sudor bajando por tus pechos.
Dime que es la libertad si somos esclavos de nuestro amor, de nuestros cuerpos, de nuestros sexos, de esta lujuria que nos carcome y nos libera el alma.
