Unica parte

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Se encontraba deambulando en el Bosque Prohibido un adolescente de cabello castaño, contextura delicada y expresión cansada, y adolorida. No podía ir al colegio o al menos, no aún. La luna llena apenas comenzaba a mostrarse y los mareos se hacían presentes cada vez más en su cuerpo, lo cual era la señal, de que ya no podía matar tiempo caminando, solitario y triste, en el bosque. Tenía que ir a esconderse a la Casa de los Sustos, aquella bajo el Sauce Boxeador, donde podría transformarse sin que alguien lo descubriera.

Sentía los dolores expandirse a través de su cuerpo. Solo cerro los ojos una vez en aquella cama, quejándose y rindiéndose, pensó que solo era otra luna llena como siempre, mientras una fina lagrima caía por si mejilla, disfrazándose entre el sudor. Sin embargo, de repente, siente como es secada con algo húmedo y rápidamente abre sus ojos, asustado porque alguien lo haya descubierto, el miedo se disipó apenas su vista, aun borrosa por las lagrimas, visualiza a un gran perro negro que lo ve con tristeza, y puede que sea una locura, pero veía mucho amor y preocupación en ellos. «Debo estar loco», pensó al creer ver tantas emociones en un animal que nunca había visto.

Sus dolores de un momento a otro se habían calmado, aun sentía mareos pero al ver que no estaba solo como creía​, le tranquilizó y sin pensarlo mucho se estiro. Empezo a darle una acaricia al animal, el cual lo recibió gustoso comenzando a menear su cola y a lamer la mano que le daba cariño, eliminando cualquier rastro de tristeza que hubiera en su rostro.

-Que lindo eres, ¿Qué haces por aquí, eh?

el animal solo le ladro con animo y siguió​ moviendo su cola solo para él. Una punzada llego a su corazón y cayo en la cama empezando a cerrar sus ojos, siente que un bulto encima de él, abre sus ojos por un momento y ve aquel animal acurrucado en su pecho, como si quisiera darle de su calor. Una sonrisa se expande por su rostro y cae desmayado con un solo pensamiento en mente.

«Al menos en esta luna llena no estoy solo.»

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Dos jóvenes despiertan justo después de la luna llena, uno abrazando a otro, en una posición totalmente distinta de la que estaban.

Remus abrió sus ojos tratando de acostumbrarse a la luz y sintiéndose atrapado en unos brazos, su vista se pronto se acostumbro al lugar, y lo que ve lo deja en shock.

-¡¿Sirius?!

-¡Ah! -grito, cayendo de la cama.

-¡¿Qué haces aquí? ¿Por qué estábamos asi?! -Remus empezaba a darle un ataque de nervios por no comprender la situación y justo cuando estaba por ponerse a llorar, siente como lo abrazan y le acarician la espalda, provocando que suelte un suspiro y se comience a relajarse, pero aun con muchas dudas pregunta-. ¿Qué haces aquí?

-Te lo explicare, pero cálmate. No quiero que temas Remsy, ¿Ok?

-Si...

Sirius se dirigió a la cama y se sienta en el, acomodando a Remus en su regazo y dándole leves caricias en la cabeza. Remus un poco nervioso y tímido por lo cariñoso que estaba siendo, se remueve incómodo y lo mira de frente.

-Explícame ya.

- ¿Sabes qué te quiero, verdad?

-Sí, lo sé. Eres mi mejor amigo... Pero, ¿Qué tiene que ver eso?

-No. -negó rápido viendo que su compañero no entendía su intención-. Te quiero Remus, sí, eres mi mejor amigo, pero necesito que entiendas que te quiero mucho mas que eso, cada luna llena desde hace un año, moría de la preocupación cuando desaparecías. Mi mente me hacía malas pasadas, y mi corazón se estrujaba al verte llegar herido al día después de luna llena, es decir, ¿Cómo no estar preocupado a muerte por la persona, que más amo en este mundo?

Un fuerte sonrojo recorrió la cara de Remus, mientras este escondía la cabeza apenado en el pecho de Sirius.

-L-lo dices, ¿En serio? -pregunto nervioso y feliz al mismo tiempo.

-¡Claro! Mi lobito, llevo más de un año enamorado de ti. -Confeso besando su coronilla-. Y hace tres meses simplemente no pude más. Tome la capa de James y te seguí, lo que vi me dejo asombrado: eras un hombre lobo. -Sintió como Remus se tensaba en su pecho-. Pero a pesar de mi asombro, seguía detrás de ti, pase toda esa noche viéndote y acompañándote a la distancia. Al saber eso, no pude dejar que pasaras solo por esto. Así que yo, Sirius Black, pésimo en pociones, recurrí a libros antiguos para saber de que manera podría acercarme a ti sin que pasara algo malo, ¡Y lo logre! Me podía convertir en un animago y estar a tu lado, ya que al ser un animal, podrías estar a mi lado sin problemas. El mes pasado logre terminarla y a riesgo de que me hubiera quedado mal, la tome. Mi suerte y mi amor por ti me debieron funcionar porque esa luna llena la pase contigo. -Remus lo miro sorprendido e intrigado-. Sí, se que no lo sabias, pero solo pude pasar poco tiempo contigo mientras ya estabas transformado, ya que aun no me acostumbraba a mi nueva forma, solo me quede unas pocas horas, dejando que te acostumbraras a mi y a mi olor. Lo hiciste y al ver que ya me reconocías, me fui y justamente para medianoche ya tenia el suficiente control de mi cuerpo y te seguí, te acompañé por el bosque. Claro, que tu no lo notaste, debido a los dolores de la transformación, pero estuve contigo desde el comienzo de la noche, y ya estando en la Casa de los Sustos, no pude evitar acercarme y quitar ese dolor de ti y pues... Ya sabes el resto, ¿No?

Remus estaba impresionado y no se lo podía creer-. ¿Hiciste todo eso por mi?

Sirius no respondió, solo lo tomo rápidamente dándole un desesperado y necesitado beso, que duró un buen tiempo, dejándolos sin respiración.

-... Y haría mucho más por ti, mi lobito.

Remus ríe, mientras lagrimas de alegría salían de sus ojos-. ¡Te amo! Gracias por no abandonarme, por hacerme sentir querido y necesitado.

Sirius sorprendido, exclamó-. ¡No! Gracias a ti, Remsy. Por aceptarme como soy: necio, grosero y peleón... Digo, ¿Cómo no enamorarse de ti, un ángel silencioso e inteligente?

Sonrojado y nervioso, mordió levemente su labio-. ¡Idiota! No hables asi de la persona que amo...

-¡Pero si es verd-! -No termino de hablar, Remus lo calló con un beso profundo.

Así, aclarada la situación, una cosa llego a la otra. Un amor que llevaba intacto desde hace tiempo fue consumado entre dos personas tan diferentes, pero que se complementan de una manera increíble. Que sin saberlo, esa misma mañana entre cobijas, dejaban grabado un recuerdo de su gran amor y del fruto de el, pero que no lo sabrían aun, o al menos, hasta que cierto lobito presentara síntomas muy raros. Ese día unieron sus vidas, así como sus corazones, simplemente, fueron uno.

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5 años después.

-Teddy, no te muevas tanto que despertarás a tu mami.

-Pero... Papi, no me puedo dormir, se me quito el sueño por la pesadilla que tuve... -dijo entre lagrimitas, haciendo un puchero.

-Haber, si quieres, te canto algo.

-Si -alargo la última sílaba en alegría.

De esa forma, pronto el pequeño Teddy se durmió en brazos de su Papi Sirius, el cual no se percato de que cierto lobito lo escuchaba.

-Entonces... ¿No me quieres cantar a mi?

Apenado-. Sabes que a ti te cantaría hasta en tus sueños, y tambien le cantaría a la lindura que esta aquí. -dijo, acariciando el vientre abultado de Remus.

Remus rió con cariño-. Sí, lo sé mi amor, pero por estar de cantante, tendrás que ir a dormir con Teddy en su cuarto porque no cabemos tres en esta cama.

-Acariciando aun el vientre-. Pues simple. Compro otra cama extra grande para los cuatro.

-Estas loco Sirius.

-Pero así me amas, lobito.

-Sí, así te amo... Mi cachorrito.

Fin.
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Agradecimientos por su ayuda a : Ran-Slytherin

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2019 ⏰

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