Esa mañana Bakugo Katsuki despertaba con cansancio, aunque la noche anterior se haya ido a dormir temprano su aspecto demostraba como si apenas hubiera podido dormir.
Se estiró soltando un quejido mientras se reacomodo de perfil para ver la hora que marcaba su reloj despertador, eran apenas las 6:25a.m —Mierda...— resopló —Madrugue....— nuevamente dio otro giro en su cama solo para buscar refugio en unos brazos cicatrizados y caucásicos.
— ¿Estás bien Kacchan?— preguntó Izuku Midoriya, esposo del rubio desde hace más de 11 años —Te mueves como lombriz en fuego — prosiguió el menor abrazando con fuerza a su esposo.
—Tuve una mala noche, vuelve a dormir— correspondió el abrazo sin olvidar dar un beso en esas mejillas adornadas con pecas.
— ¿Qué hora es?— dijo Izuku estirándose para poder mirar el reloj —Ni siquiera ha sonado la alarma— y efectivamente apenas eran 6:27 a.m
—Te dije que volvieras a dormir... Aún no es hora— dijo el rubio, sin embargo fue ignorado.
—No, está bien— se levantó por fin —Gogo quería que...— fue interrumpido por la puerta de su misma habitación abrirse con fuerza.
De ella venía un pequeño niño de seis años de edad, físicamente era la viva imagen de su padre cuando pequeño, a diferencia de sus ojos los cuales eran simplemente idénticos a los de su "madre" verdes y llenos de vida y alegría; además de no olvidar esas bellas pecas que poco iban resaltando en sus mejillas.
Sin duda ese niño era producto del amor de Katsuki Bakugo e Izuku Midoriya.
Llevaba por nombre Gogo Bakugo — ¡Papá! ¡Mamá! ¡Despierten!— el pequeño niño rubio trepó la cama de sus padres con emoción — ¡Es viernes! ¡Es viernes! — Se colocó entre las piernas de su madre dando saltitos sobre sus rodillas. — ¡Hoy se estrena la película de All Might! ¡Prometieron que iríamos al estreno!— después de aquel alboroto Bakugo definitivamente no podría volver a pegar ojo, por lo que resignado se levantó para preparar su toalla y tomar su típica ducha.
— ¡¿A dónde vas papá?! Lo prometiste — dijo el menor, bajándose de la cama y corriendo hasta la puerta impidiendo el paso.
Bakugo gruñó, definitivamente no estaba de humor —Deku...— dijo molesto.
—Alto ahí jovencito, dijimos que iríamos en la noche cuando papá regresará de trabajar, ¿Verdad?— tomo al niño entre sus brazos y lo levanto. — Si no eres un buen niño, no iremos — aclaro el peliverde serio.
Bakugo sonrió de lado, adoraba ver aquello, sus dos más grandes tesoros, sin darse cuenta caminó hasta la ducha donde ya se estaba desnudándose, no tenía prisa como el resto de los días, había madrugado.
Dejo caer el agua caliente sobre su rostro para poder despertar mejor, sentía como poco a poco los chorros de agua recorrían su espalda y su abdomen bien ejercitado y no por gusto si no por necesidad.
Bakugo Katsuki trabajaba en la jefatura de Policía de la zona donde vivían, pues según él su amada familia no podía vivir dónde un jefe de policía viviera rascando su ombligo y en pésima forma para rescatar vidas ajenas.
Tres veces lo habían transferido de departamento y esas tres veces había trasladado a su familia al mismo territorio junto con su leal compañero y mejor amigo Kirishima, que quien por no estar casado facilitaba las cosas.
Su ducha había terminado, cerro las llaves para tomar su toalla y enrollarse con ella su cintura, nuevamente se dirijo a su habitación, una donde las paredes eran de un gris claro, donde la cama matrimonial con cobijas y cabecera blanca estaba hecha y la ropa que utilizaría el día de hoy colgada en el ropero de madera oscura, planchada y lista para usarse.
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Murder [KatsuDeku]
FanfictionCuentas sin arreglar arrebataran la felicidad de Katsuki Bakugo, uno de los mejores detectives en la ciudad. Al no poder evitar la muerte de Izuku Midoriya, debe revivir fantasmas de su pasado. ¿Sera capaz de resolver el caso del asesinato de su e...