Un silencio profundo

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-Levántate- era la quinta vez que escuchaba a mi madre decirme esa palabra.

+¡Dios, madre es sábado!

-Eso no me importa, el desayuno esta en la mesa, o bajas o se lo doy a tu bendito gato.

+¡Madre no lo hagas!

- Apúrate el tiempo corre.

Al terminar de decirme esas palabras aquel chico que hace un rato estaba en la cama , ya se encontraba en las escaleras.


-Andrés necesito que vayas al supermercado por unas cosas que necesito,pero ahora.

Acaso soy flash, gruñí pues aún ni terminaba mi desayuno.


Otro maldito día que voy al supermercado , ¡ah!


Al llegar a casa le he pedido a mi madre permiso, necesitaba salir un poco. Estar mucho tiempo en casa la última semana y no me venía bien.

Decidí ir al parque, el que desde ya casi dos años se volvió en mi preferido, he salido muchas veces , ya sea correr, jugar, en busca de armonía, pero ese día fue por algo en especifico.


Al llegar lo vi estaba un poco opaco pero aún se lo podía leer, se los explicare en aquel parque hay una sola casita de madera, en el cual un día con aquella chica escribimos nuestros nombres. Esperando que cada día que volvamos a ese lugar , nos encontremos con ese mensaje de nuestros nosotros pasados.

En efecto chicos, había ido aquel día para tranquilizar estos recuerdos, estos pensamientos que día a día han ido creciendo, recordando lo tan bonito que la vida me había tratado cuando me dio la oportunidad de estar con ella. 

¿Tanto la quería?¿Cuanto? 

Era tan masoquista, o eso decía la gente. Realmente si lo hacía era por que era la única manera en la que mis días dejaban de ser grises. 

Entonces empecé a hacerme muchas preguntas, las cuales no encontraba respuesta alguna que no sea la duda, entonces un silencio profundo corría por mis pensamientos, sin saber lo que tanto me intrigaba.

¿Estará bien?¿Cómo le irá?¿Me extrañara?¿Por qué se alejo?

De todos los modos posibles me sería inútil intentar volverle a hablar, la inseguridad corría por todo mi cuerpo, tenía miedo, miedo de enterarme de cosas que no quisiese, pero y si  escuchaba algo que me gustase, era tanta la duda que hasta hoy todo lo que he pensado en decirle se ha quedado ahí, en un pensar.

Un silencio profundo quedaba pequeño, el quedarme como un bobo en un pensar de su sonrisa era algo que aun que me dejaba sin palabras, no pararía de hacer.

Sin darme cuenta el tiempo había pasado muy rápido, haciéndome pensar que hasta a él no le gustaba que siga así.

De pronto me fije en el cielo, era tan precioso , y vi lo mismo que hace 1 año, las mismas dos estrellas seguramente, una más brillante que la otra.

Sería una señal de que pronto volverá , de que todo esto solo es una prueba, de que vendrá con su risa de niña y me dirá que solo quería tomarse un tiempo, pero que ya lo pensó, o bueno eso era lo que tanto quería yo.

Ella había tomado una decisión, y aunque no era lo que quería tuve que aceptarla.

Me pregunto como estaría ahora, si no lo hubiese hecho. Seguramente todos estos temores no existirían. Y estos deseos de verla , abrazarla y sentirme seguro en ella, estarían completamente satisfechos.

Al llegar a casa preferí no cenar, fui al balcón el cual desde hace 10 meses se ha convertido en mi mejor amigo, en el cielo ya no habían estrellas, solo estaba la luna muy radiante como las noches en las que solíamos escaparnos y vivir una pequeña vida a nuestra manera, la vi por un buen tiempo cada vez reflejando en ella varios pensamientos de mi pasado, tal vez un día ella viera en mis ojos esos secretos que guardo en mi.

Y antes de irme a dormir, con una débil voz le susurré al viento, mi deseo de esta noche.




"Espero poder verla otra vez, y de su mano correr. Como lo hace la gente que se ama"




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