Estaba emocionada y atareada a la vez, combinación desastrosa esos dos estados. Lo vería después de un mes de su partida física y eran muchos tramites para los pocos días de organización de mi viaje. Miraba la cara de tristeza de mi mamá y mi hermano acompañando me en aquel terminal decadente, mientras imaginaba mi nueva vida sin ellos. El bus estaba atiborrado de maletas y personas, al igual que mi corazón lleno de emociones encontradas al ver aquellos dos pares de ojos inundar se en lágrimas. Durante el viaje llore, llore mucho, Algunas noches aun lloro y no por cobarde o porque este muriendo de tristeza. Si no, que hay amores que vale la pena recordarlos con lágrimas o simplemente otras veces lloro por estar lejos de todo lo que conozco, y en ocasiones esas cosas también vale la pena recordarlas con lágrimas.
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Confesiones de una inmigrante
Short StorySeguir esta historia, es adentrase en los pensamiento de una joven mujer de 22 años, curiosa, atrevida y tímida a la vez, soñadora por elección... Quien se ve obligada a salir de su país por una fuerte crisis económica. Deberá enfrentarse a una nuev...