.-Tom, Tommy, mi Tomatito lindo precioso, anda, no seas malo conmigo.- Me acerco a él dejando aparecer un puchero bastante notorio en mis labios, con mi dedo indice toco su mejilla viendo como el rueda sus ojos soltando un suspiro bastante fuerte haciendo que sonría amplio dejando a la vista mis dientes.
.- ¿Y bien? -Volví a insistir viendo como caminaba hacia el negocio, doy un salto pequeño riendo ligeramente, comienzo a caminar detrás de él sin mirar el camino ya que me concentre en las lineas del suelo que pasaban a medida que avanzaba, desde pequeña ame jugar con las lineas del suelo, siempre fingía que si pisaba una me quemaría el pies.Me quedo afuera del negocio esperando que Tomas comprara, me concentro en a las personas que caminaban a paso rápido, ladeo mi cabeza por inercia pensando cosas sin sentido, al notar que me había quedado mirando a una persona, muevo mi cabeza sintiendo como me sonrojaba, levanto mi mirada para ver de quien se trataba, al darme cuenta que la persona se estaba acercando a mi, la respiración se me pone irregular, sintiendo como mi cuerpo se debilita, como si fuera una muñeca de porcelana, sin pensarlo dos veces entro al negocio ocultándome detrás de un estante de comida chatarra, veo que Uriel entra al lugar dirigiéndose a donde se encontraban las bebidas, me quedo mirando desde los estantes; mis dientes capturan mi labio inferior sonriendo débilmente al ver su perfil, sin dudas, era el ser más hermoso de la tierra, se ve tan lindo con uniforme, ¿como no esta prohibido ese tipo de persona? porque sin dudas el debería estar prohibido, tan solo miren ese cabello tan perfecto, y esa piel tan cuidada...
.-¿Qué estás haciendo? -Doy un salto provocando que mis codos le pegue a la comida que estaba a mi lado, dando un pequeño grito, al notar que Uriel se gira, de inmediato me dejo caer al suelo escondiéndome detrás del estante, miro a Tomas y hago un puchero llevando mis manos a mi rostro sin poder creerme lo que había sucedido, al escuchar la risa de Tomas lo miro mal entremedio de mis dedos..-
.-¿Ya se fue?- Susurro mordiendo mi dedo algo nerviosa esperando a que Tomas responda, el asiente mientras sigue buscando la comida.
.- Realmente me asuste pensé que me había... -Me quedo callada en el momento que me levanto sin poder cerrar mi boca, de cerca era aun más guapo. Uriel me mira sin vergüenza alguna, abre su bebida y sigue caminando; me quedo congelada sin poder reaccionar, realmente no esperaba eso.
.-Visto. -Escucho como Tomas completa la frase con una sonrisa burlona en su rostro, arrugo mi frente reaccionando de inmediato pegandole en el brazo.
.-Eres un tonto, dijiste que no estaba, como te odio...- Muestra los cereales haciendo que cambie de expresión de inmediato, extiendo mis brazos para tomarlos pero este aparta los cereales saliendo del negocio, lo sigo corriendo mientras afirmo mi mochila que estaba en mi hombro.
.-Anda no seas malo Tomm...sabes que te amo.-Sigo corriendo detrás de él, al notar que estaba un poco más cerca sin pensarlo dos veces me lanzo a su espalda haciendo que cayéramos al suelo, suelto una carcajada intentando llegar a los cereales pero Tomas había alejado el brazo lo suficiente.
.-Tooommmm dame mis cereales...-intento llegar a ellos pero este me toma de la cintura alejándome más de los cereales, miro de reojos algunas personas que nos miraban con diversión haciendo que suelte un gruñido, sin mas me levanto cruzándome de brazos sin antes limpiar mi uniforme.
.-Eres un tonto. -Comienzo a caminar hacia el instituto sin esperar a que viniera ya que sabía que estaba riéndose. Tomas era un chico bastante dulce y carismático, pero a la vez es muy celoso y enojón, es una persona que te puede llegar a sorprender mucho con su personalidad, no hay día en el cual no ría junto a el, sin dudas es el mejor amigo que puedes llegar a tener. Tiene 18 años, con ojos cafés y cabello castaño, alto y no tan flacucho como esos adolescentes que andan por ahí rondando; a tenido bastantes pretendientes pero el chico se distrae estudiando y haciendo varias cosas a la vez. Mi Tomatito es como un hermano, desde que tengo uso de razón somos mejores amigos, nunca necesite una amiga ya que siempre lo tuve a él y con eso para mi era suficiente.
Me doy cuenta que quedaba tan solo un minuto para que iniciará la clase por lo cual tuve que correr hacia la sala chocando con un par de personas, resulta que yo soy un año menor que Tomas, el esta en el último año y yo pues, esto cursando el penúltimo año...
.-Señorita Duncan. -Escucho decir al profesor detrás de mi una vez que entro a la sala, me giro con mis ojos cerrados mordiendo mi labio inferior sabiendo que me iba a regañar.
.-¿Si?- Digo intentando sonar lo más natural posible sonriendo con amabilidad, mi pies se movía con nerviosismo al notar que todos se giraban a verme.
.- Nuevamente llega tarde, ¿tiene algo que decir al respecto?- Alza sus cejas dejando caer sus lentes para verme fijamente a los ojos.
.-Pero si son las 8 de la mañana justa, no es mi culpa que siempre me gane, a parte, agradezca que me tiene presente, por mi estaría acostada vagando por la vida, ya sabe...-Cierro mi boca al notar que había hablado muy rápido y más de la cuenta, muerdo mi lengua al ver que la expresión del señor Mesias había pasado a ser más seria.
.-Será mejor que cierre la boca y se siente de una vez si no quiere ir a dirección.
Suelto un bufido caminando hacia mi lugar una vez que llego me dejo caer en el asiento junto con mi mochila en la mesa, dejo mi codo apoyado en la madera fría para finalmente recargar mi mentón en mi mano mirando al profesor con enfado.
.-Sera mejor que cierre la boca... se nota que anoche no le toco...-Hablo con un tono agudo al burlarme de mi querido profesor, siento que alguien se ríe a mi lado por lo que me incorporo arrugando mi frente.
.-Y tú eres..?
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¿El odio podrá ganarle al amor?
Teen FictionTodos los derechos de autor estarán reservados. Espero poder actualizar seguido.