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[ canción del capítulo 🔊so faraway - agust d ftsuran. ]
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Normalmente, a los seres humanos les hacía felices cosas tan insignificantes como estar con sus familiares, los pequeños gestos de una persona a la cual aprecias e incluso ver a esa persona sonreír. Para Jimin hacía tiempo desde que algo le ponía feliz verdaderamente, aunque claro, Jeongguk se encargaba de hacerlo sonreír. Con todo eso, Jimin no creía poder estar aún más feliz de cómo se sentía en ese momento, en su estómago burbujeaban miles de emociones y la sonrisa no se la quitaba nadie.
Después de exitosamente presentar el proyecto frente a su jefe, él y Jeongguk —el cual nunca se quedaba fuera en lo que Jimin refería— decidieron salir y celebrar un poco, pasaron primeramente por un restaurante y luego por un par de tiendas. Sentía la misma melodía en el ambiente, el aire corriendo a su alrededor y las luces brillantes de la ciudad iluminado, pero nunca tanto como lo hacía su sonrisa.
Cuando veía los cúmulos de gente se sentía algo pequeño, como si la ciudad intentara comerlo, pero en ese momento sentía poder escalar una montaña, grande, fuerte e imponente. Había trabajado mucho para lograrlo, era su único deseo.
¿cuál es tu deseo, tu sueño, Jimin? Le habían preguntado hacer mucho tiempo, él no había podido encontrar palabras para decir la triste verdad, pero luego de pensarlo mucho simplemente decidió ser sincero.
No tengo ninguno respondió con una sonrisa débil, sus ojos brillaban a causa de las lágrimas y su garganta se cerraba. Recuerda los ojos oscuros de su amigo examinándolo detenidamente, esa mirada cargada de amor que algunas veces Jimin confundía con pena, porque eso era lo que Jimin sentía en las miradas de todos cuando se fijaban en él.
Pena, burla, odio.
Si se atrevía a seguir la lista posiblemente sus mejillas estarían empapadas de dolorosas lágrimas, atravesando su frágil corazón.
—Hey —la mano de Jeongguk tomó la suya, haciendo que volviera a la realidad —... ¿está bien, hyung? —Jeongguk miró los ojos perdidos de Jimin y algo en él se hundió, estaban brillosos y a punto de explotar en miles de lágrimas—. No está bien —tomó el pequeño cuerpo del castaño dejando las bolsas de compras de lado, enredó sus brazos alrededor de Jimin tranzando círculos en la espalda.
