-Cristian Rivero, Físico Matemático- añadió la maestra de ceremonias.
No podía creer que por fin terminaría mi carrera, el público aplaudía, mi madre sentada ansiosa por recibir mi título. Estaba saludando a el presidium, mientras tanto el Director de la Universidad de Zacatecas me estaba entregando mi título, en una carpeta azul con mi nombre. Bajé del escenario lo mas rápido que pude para hecharme a los brazos de mi madre, me encontraba sollozando junto con esa mujer que me dio la vida y terminando mis estudios era la mejor manera de pagarle todo lo que ella había hecho por mi.
-Felicidades campeón, te amo tanto ... - comenzó a llorar ante la emoción.
-Gracias por todo, te amo- dije mientras la abrazaba.
Terminando el evento mi madre y yo fuimos a comer a un restaurante mexicano, no era el tipo de restaurante al que mi madre estaba acostumbrada, ella era dueña de una prestigiada empresa “Mujer hermosa”, se dedicaban a crear ropa para dama y accesorios. Me sentía melancólico ya que mi padre no estaba ahí para ver mi triunfo, pero desde el cielo él me observaba, había muerto en un accidente automovilístico.
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Era sábado por la mañana y estaba nervioso, mi madre me regaló un viaje a Italia por desgracia ella no podía acompañarme por cuestión de trabajo. Mi vuelo salía a las 12, así es que tuve tiempo para desayunar y despedirme de mi madre.
Fue un viaje cansado y ahí estaba, en Italia. La verdad era muy distinto a como se veía en las fotos.
-Me merecía este viaje- le comenté a un turista que estaba sentado junto a mí, en una banca enfrente del hotel.
-Yo igual, es hermoso ¿no?- me respondió
-Es divino, pero como México no hay dos- respondí ruborizado
-¿Usted ser mexicano? Yo soy alemán- dijo aquel hombre
-Sí, soy mexicano, y ¿que tal por allá?- continúe la conversación
-Bueno los alemanes también tenemos lo nuestro- se río
-Me doy cuenta-
De repente ante mis ojos comencé a ver la gente corriendo y frustrada, traté de averiguar con mi vista que era lo que pasaba. Hasta después de varios segundos venía un carro negro hacia mí, traté de correr pero fue inútil el carro me había arrollado.
Escuchaba muchos gritos desesperados, pero como es que escucho lo que esta pasando si estoy muerto en vida.
Estoy en estado de coma.
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Me desperté al oír que una mujer lloraba mientras abrazaba mi cuerpo, caí en la cuenta de que era mi madre, no podía ver nada pero escuchaba todo, estoy en estado de coma, mi cuerpo no reaccionaba pero mi cerebro y mi corazón seguían activos. Estaba dormido para los demás por nose cuanto tiempo. Pero yo estaba vivo al menos yo lo sentía y no había manera de demostrarlo.
-Yo tuve la culpa si yo te hubiera acompañado nada de esto hubiera pasado- reprochaba mi madre
Se me partía el corazón al escuchar a mi madre hablar como si ella tuviera la culpa.
-Doctor Ramirez, digame que estará bien- dijo mi madre
- Vamos afuera por favor Sra. Rivero- dijo una voz ronca
-De acuerdo- se acercó y me dio un beso en la mejilla
Eso quiere decir que me encontraba en México, ese Doctor es de la familia.
Entra una doctora a mi cuarto pero como era posible si ni siquiera podía ver el exterior. Solo podía observar esa escena. Era una chica de altura mediana, ojos grandes y castaños, pestañas largas y onduladas, nariz delgada y recta, labios carnosos, mejillas ruborizadas, cabello negro, buen cuerpo para mi gusto, tenía puesto su uniforme de enfermera , el cabello agarrado con un chongo. Comenzó a revisar mis signos vitales.
-¿Cual es tu nombre? - pregunté sin pensarlo
-Sofia- respondió una voz dulce y tierna.
-Mucho gusto
-Parece que todo esta bien- dijo mientras chequeaba mi suero
Ella salió de mi cuarto, segura de su trabajo.
Era una mujer muy hermosa, pero como paso todo esto.
Ahora entiendo lo que estaba pasando lo ocurrido era un juego mental, es decir que esa mujer, Sofia, era producto de mi mente; mientras yo estaba en coma.
