En la mente de Cristian ...
Me encontraba en mi casa un domingo por la tarde, después de haberme dado de alta del hospital por una simple fiebre. Aún seguía pensando en Sofia.
Terminando de almorzar fui al hospital pero antes pase a comprar un ramo de rosas rojas con una nota que decía :
“Para quien me salvó la vida, en una noche gris”
Estuve esperando por media hora hasta que mire a Sofia salir del hospital tranquilamente.
-Sofia- grité emocionado
-¿Si?- voltea rápidamente
-¿Te acuerdas de mi ?- pregunté
-
No
-Entonces toma- le entregé el ramo de rosas. Ella abre la nota.
-Gracias, ¿Fuiste mi paciente?
-Si, me quitaste una fiebre
-Bueno me tengo que ir
-¿Donde vives? Yo te llevo
-No te preocupes me voy en ruta
- De verdad yo te llevo- insistí
-Bueno esta bien, lo aceptó porque ya voy un poco tarde. Además no acostumbró ir con desconocidos.
-Me llamo Cristian Rivero- extendí mi mano
-Soy Sofia Reyes - estrecha mi mano
-Listo ya no somos desconocidos
Se ruboriza y suelta una risita. Caminamos hacia mi carro le abrí la puerta para que subiera y después le doy la vuelta al carro y subo yo también. Puse el carro en marcha y estábamos ahí paseando por la Ciudad.
-¿Tienes novio?- preguntó curioso
-No claro que no ¿porqué la pregunta?
-Eres muy hermosa para tener novio y alguien te cele
- Si yo tuviera novio, no habría aceptado tu propuesta de que me trajeras a casa
- Me alegra que no tengas novio- se ruboriza ante mi comentario
- ¿Y a que te dedicas?
- Me acabó de recibir de Físico Matemático
- Que bien, yo termino mi carrera en 5 meses, seré Enfermera
-Me da gusto por ti
Nos quedamos en silencio escuchando el radio. Ella lucía tan hermosa no se si me estaba enamorando de ella o solo me atraía, pero era imposible que ella me atrajera porque la quería como mi último amor.
-¿Te gustaría que nos conociéramos? - seguí la platica
- Si, pero solo tengo tiempo los fines de semana
- No importa, quiero pasar tiempo con alguien como usted
-Aquí es- señaló una casa amarilla de dos pisos, tenía buena fachada- Gracias por todo-
-Oye pasame tu número para ponernos de acuerdo y salir- le di mi teléfono. Ella tecleó un par de números.
-Listo ahí lo tienes
No podía dejar de mirarla y pensar que daría por saber todo de ella. Salí del carro y abrí su puerta. Cuando salió no pude evitar decirle ...
-Eres muy hermosa
-Gracias por las rosas... tu también eres muy atractivo
Camina hacia la puerta y entra. Yo me subo al carro pensando “eres muy atractivo” , como pudo ella decir eso, bueno por lo menos le parezco atractivo.
Era una chica especial y creo que me estaba enamorando de ella.
Yo era un chico de altura mediana, cabello negro, ojos grises, nariz afilada y delgado, características comunes que ella con eso me hizo sentirme único.
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Tome mi teléfono y escribí:
“Me gustaría tomar un café contigo esta tarde a las cuatro”
Esperaba ansioso la respuesta de Sofia. Vibro mi móvil
“Encantada, ¿donde nos vemos? ”
“En el Café Punta del Cielo” respondí
“Ahí nos vemos”
Sonreí a la pantalla como un tonto. Me daba cuenta que estaba comenzando a querela. Deje el teléfono sobre la cama y me fui a duchar.
Después de la ducha me sentía atractivo, recordando lo que me había dicho Sofia. Vestía una playera azul, pantalón de mezclilla y unos tenis blancos.
Camino al café me sorprendí al ver sentada en una de las bancas de afuera del Café a Sofia. Luce tan hermosa con una pantalón entubado, tacones y una blusa rosa pegada al cuerpo, nada mal para ser enfermera.
