capítulo IV

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Al salir de la torre del reloj, Regina fue corriendo al bosque para encontrarse con los encantadores y así estar tranquila que su corazón y ellos seguían a salvo escondidos en el bosque.

-Rápido alguien viene...- dijo David quien al instante levantó su espada listo para atacar.

-Hey tranquilos soy yo, estoy de vuelta.-

-Regina que bueno que estás bien, pero ¿Qué pasó? ¡Debes contarnos todo!.-

-Bien pues primero que nada quiero darles las gracias por cuidar mi corazón y pedirles que por favor lo sigan cuidando, no estará seguro conmigo hasta que Zelena no esté fuera de storybrooke.-

-De acuerdo Regina, lo haremos con mucho gusto, pero bien ahora cuentanos ¿Que fue lo que pasó?-

-Pues hubo golpes, muchos golpes sinceramente yo creí que ahorita no estaría aquí. Zelena me lanzó a la torre del reloj e intento quitarme el corazón pero por obvias razones no pudo y se fue derrotada.-

-Bueno, menos mal que estás bien. Zelena puede ser poderosa pero tú eres inteligente y piensas más las cosas antes de actuar, cosa que ella no y en ese aspecto tú las llevas todas de ganar.- dijo Snow.

-Bien, ahora debo irme. ¿Quieren que lleve a Neal con Emma?- preguntó Regina.

-No Reg, Emma debe estar contigo por si la necesitas, Neal estará bien aquí con nosotros, tú no te preocupes.
Ahora ve y trata de descansar un poco que debes estar más que recuperada para lo que venga.-

Regina se despidió de David y Snow dejándolos en el bosque junto a su corazón.
Al ir caminando de regreso a casa, hizo lo que no había hecho desde el primer día en ésta ciudad, contempló todas y cada una de las calles, locales y casas de storybrooke pues el estar al borde de la muerte le hizo valorar muchas cosas. Todo iba a la perfección hasta que alguien interrumpió su tranquilidad, así es una vez más, Zelena apareció y ésta vez estaba dispuesta a no fallar, después de todo no había salvadora ni habitantes del pueblo que quisieran defender a Regina...

-Mira nada más las sorpresas que le devuelve a uno la noche...- dijo Zelena con una sonrisa sarcástica.

-Ahora que quieres bruja, se que es difícil aceptar que tú hermana menor te gane, pero es la verdad.- contestó Regina burlona.

-Muy graciosa hermanita, veamos si tus ganas de seguir así siguen cuando te mande a otro lugar.-

-Aunque intentes deshacerte de mi, no lo lograrás...-

-¡Oh querida! No debiste retarme.-

Después de esto, Zelena movió la mano haciendo aparecer una barita que robó de la tienda de Gold con la cuál abrió un portal que llevó a Regina directo al bosque encantado.

-Pero que... ¿Qué demonios hago aquí?, esa maldita bruja me las pagará.-

Regina quien se encontraba muy molesta, pero decidió llegar a su castillo pues después de todo ahí estaría a salvo por lo menos hasta encontrar una manera de volver. Regina caminó y caminó por el bosque, hasta que escuchó unas pisadas que se acercaban así que formó una bola de fuego para poder defenderse. Cual fue la sorpresa que se llevó cuando se dio cuenta que e que andaba por allí era un niño, un pequeño encantador de unos 5 años aproximadamente.

-Por favor no me lastimes, ¡Auxilio! ¡Papá ayudame!.- gritaba el pequeño, pues después de todo se había asustado bastante.

El padre del pequeño iba listo para disparar su arco, no tardó ni un minuto en llegar a ver que estaba pasando.

-Alto ahí, alejate de mi hijo...-

Regina al ver al padre del pequeño sintió una corriente eléctrica inexplicable, algo que no había sentido antes y no era para menos, aquel hombre era muy apuesto y tenía unos ojos azules que impactaban a cualquiera e incluso verlo defendiendo a su pequeño lo hacía ver aún mas sexy...

Este Novio No Es Mío...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora