Spaces Between

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"when I first saw you, I was fraid to talk to you,

when I first talk to you, I was fraid to like you,

when I first liked you, I was fraid to love you,

now that I love you, I was fraid to lose you."

Muchas veces las distancias pueden ser grandes aunque los kilómetros no existan; aunque la persona a la que sientes lejana, esté a tu lado. Muchas veces, estas distancias duelen más que otras.

Conocí a Chloe cuando ambas aún estábamos en secundaria. Recuerdo haberme enamorado de ella, en ese momento que nuestras miradas se cruzaron aquella tarde, en unos de los pasillos de la escuela. Su sonrisa y su forma de ser, me atraparon de una forma única e inesperada.

Si bien en un principio nos costó admitir los sentimientos que guardaban nuestros corazones, fueron hermosas las largas charlas descubriéndonos, fue hermoso el primer beso que surgió del coraje de dejarse llevar por lo que sentíamos; un beso dulce y lleno de nervios que hizo que ambas nos enamoráramos aún más. Imposible es olvidar también, las salidas a escondidas de nuestros padres, durante aquel tiempo que desconocían acerca de nuestro profundo y loco pero real amor. Un amor que compartimos durante seis largos años, lleno de aventuras, locuras, amistad, y por sobre todo la felicidad de haber encontrado a la persona que nos llenaba de vida.

Hoy todo eso parece tan lejano. Se pierden en la memoria como objetos guardados en un cajón cerrado, teniendo la esperanza de que no se marchiten y desaparezcan.

De nuestro amor, sólo nos quedan esos recuerdos que desean ser recuperados; pero que la helada y lejana distancia que nos separa, nos pone todo en contra.

No fue su culpa ni la mía, sólo el arte del destino que quiso que todo terminara de este modo. El tiempo de compartir una vida juntas, llegó a su fin.

Sin embargo, aún la extraño. ¡Dios, cómo la extraño! No hay día que no piense en ella, o que pase por delante de su trabajo, y me tome un largo rato para observarla a lo lejos. Su sonrisa, sus gestos, su modo de hablar es el mismo; nada ha cambiado... Nada en ella ha cambiado. Parece feliz. Y a pesar de todo, intento estarlo yo también.

Cada vez que puedo, me siento a escribirle cartas, pero nunca me he animado a mandárselas. No serviría de nada hacerlo.

A veces deseo que podamos hablar, para poder decirle muchas cosas... Pero, lo único que conseguiría sería lastimarla aún más.

Pronto se casará, conoció a un buen hombre, y podrá formar la familia que siempre deseó tener, y que alguna vez ambas soñamos.

Thomas la quiere. Al menos eso dicen sus amigos. Como también dicen, que ha dicho muchas veces, que no volvería a salir con otra chica, porque sólo existió una sola especial. Yo. ¡Maldita distancia!

Hace que todo esto me atormenta, y aprovecho mis largas caminatas para pensar y encontrar un poco de alivio.

Esta noche, a una de ellas, se me une Sabrina, mi amiga de la infancia.

-¡Sof! ¿Aún, dando vueltas por aquí?-

-Sí. Como tú.-

-¿Qué sucede amiga?-

-Chloe. Siempre Chloe. Quiero recuperarla y no sé cómo.-

-Sofia, sabes que eso es imposible. Las cosas salieron como debían salir. Dove y tú, ya no pueden estar juntas.-

-Lo sé. Y lo detesto. ¡Éramos tan felices! ¿Por qué tuvo que ser así?- Siento en mi, una terrible tristeza, pero no puedo llorar.

-Lo lamento amiga. De verdad lo lamento. Debes continuar tu camino, y dejar que ella lo haga también.- Apoya su mano sobre mi hombro, queriéndome dar su apoyo y comprensión.

One Shots Dofia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora