¿Y qué si hay vida después de la muerte?

Cap.7 part 2: ¿Te caiste?

¿No te pasa que tienes esa sensación de ansia, de psicopatísmo, esa insólita?

Pues querido diario, hoy te contaré una experiencia con esa sensación...

Ah, y en este capítulo introduzco a una ya mencionada persona muy importante en mi vida, con la cual me ha pasado de literalmente todo...

Gerard

Era una semana recreativa en mi escuela, todo era juegos, competencias y "libertad" de "expresión"?
Bueno, como yo no tenía ningún amigo/a con quién estar en esa semana invité a Gee a que estuviera conmigo... Gee se había ido de la escuela... no se como se me ocurrió semejante idea... para mejores oportunidades futuras y por causa del bullying, entre los dos seguimos hablando, fuimos y somos muy cercanas,

Ella había tratado de detenerme

Yo iba camino al gimnasio a ver unas presentaciones que habrían, luego comienza a vibrar mi teléfono:
"AlÓ? Gee? Donde estaz?
- Akii en el colegio :v
+ Dondee
- Hacia el jimnazio
+ KhÈ
- DoNde EZtazz!
+ Ahí mismo también :v?
- No t veoO
+ Io tampokoo, estot al lado de un dinozaurio :v (?)
- Oie pero yo también v:
+ KHe, no t veooooo
- EspEra Dat VuELta
+ *c da vuelta*
- AY FRANKOO SNFJFJ
+ GEESNFNKGKG

Así nuestro primer encuentro después de meses xD

Uno de esos abrazos adorables y muchas risas... mierda, como te extrañé.
Riéndonos sin razón íbamos camino al gimnasio ya que se estaba haciendo una actividad en el momento allí, pero claro, nosotras no íbamos a ir con toda la multitud a socializar, así que nos dirigimos a la parte trasera del lugar, la parte detrás del alboroto.
Comenzamos a contarnos todo lo que pasó durante el largo periodo de tiempo en lejanía. El día iba genial, reímos, escuchamos música y disfrutamos la compañía de la otra.

El problema es el que tenemos en común.
Ambas tenemos ataques de ansiedad, esos que te dan de repente, y no hubo quién detuviera tal cosa.

De a poco, recordando daños que nos hicieron personas en ese lugar, de a poco, nuestros corazones se llenaban de rencor no deseado, y de a poco, nuestras destructivas mentes desataron el desastre que años habían acumulado.
Comenzamos a destruir y lanzar todo, sillas, trabajos, mochilas, incluso rayar las paredes; nada nos detuvo, ni la lógica ni la conciencia lograron algo.
En un momento el colapso llegó a sus límites seguido de la cordura.
Una persona se "infiltró" (ya que era una sala de química, nada muy secreto que digamos) y nos vió, junto a todo el desastre del que formábamos parte. Nadie sabría explicar que pasó por nuestras mentes ni el cómo de la coincidencia, pero nos miramos, miramos al sujeto, sin dudarlo corrimos hacia él, lo agarramos, lo apoyamos en una de las mesas, y al tomar un tubo de ensayo, romperlo e incrustarlo en el ojo del tipo, nos dimos cuenta...

Habíamos cometido un asesinato