Soy amante de lo mío esclavo de lo que entiendo, esa revelación me ha destrozado. Pues no soy tan diferente al mundo del que no soy parte, soy como todos ellos en realidad.
El príncipe perdido con el cuento de hadas destrozado a merced de mi propio pensamiento, con la filosofía no electiva, sin una creencia clara en un universo nihilista. Todas mis letras son lo mismo pues nada es una originalidad absoluta.
El amor, la vida y la muerte son los tres temas que en la humanidad perduran. Yo no soy más que la trágica ilusión de un alma prohibida y censurada, no tengo más sentido que la vida misma y nadie existe en un plano paralelo mas no albergo la agónica esperanza de un mundo mejor que el que no es nuestro.