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Como todas las noches, esperé a que mis padres estuvieran profundamente dormidos. No quería que se dieran cuenta de lo mucho que sufría.

Me dejé caer a un lado de la cama y rápidamente las lágrimas comenzaron a caer. Sostuve mi cabeza en la pared sientiendo el líquido salado pasar por mis labios. En mi pecho la presión era tan fuerte que se me dificultaba respirar.

Cerré los ojos y respiré profundamente por unos segundos. Volví a abrirlos y mis ojos se mantuvieron fijos en la ventana frente a mí.

Muchos recuerdos inundaron mi mente, pero uno en especial fue el que me hizo sonreír.

Teníamos 2 semanas de no vernos, a causa de un torneo al que habías asistido a una ciudad lejos de aquí. Te extrañaba mucho y te lo hacía saber a cada hora.

Era tarde y ya estaba a punto de quedarme dormida cuando un ligero golpe en la ventana me sorprendió. Me levanté para ver qué sucedía y te vi esperando pacientemente a que la abriera. Estaba verdaderamente confundida pero también feliz de poder verte. Te metiste a mi habitación con mucha facilidad y te acercaste a mí para darme un fuerte abrazo. Vestías con un pants y una enorme sudadera con el nombre de tu equipo. Me encantaba tu estilo.

Iba a preguntarte a qué hora habías llegado cuando sentí tu boca sobre la mía. Tus labios estaban desesperados y ansiosos por una respuesta.

Volviste a abrazarme con más fuerza.

Estar en tus brazos era de las cosas que más me gustaba, tus largos y cálidos brazos, tu olor natural mezclado con un poco de colonia y tu respiración en mi cuello era realmente satisfactorio.

No sabes lo mucho que necesito eso en este momento. Me siento tan devastada  porque no puedo hacer nada al respecto. Ni ahora, ni nunca.

Te extraño Matt, siempre lo haré.

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Para MatthewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora