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Tome una de las pocas velas que había para iluminar el pasillo oscuro y me introduje en el pasadizo, cerré la puerta tras de mí por si las dudas y comencé a ir en una dirección.

Después de caminar por un par de minutos y no ver nada interesante, a punto de darme la vuelta e irme escuché jadeos a lo lejos, caminé guiandome con el sonido hasta que logre llegar al hueco por donde se flitraba el sonidos, era una rejilla que daba a una habitación desconocida.

Vi una de las escenas más perturbadoras que me hubiera podido encontrar, estaba la curadora Delphine cubierta de sangre con un cuerpo a sus pies, abierto de la caja torácica y sin los órganos vitales.

Ahogue un grito, me solté de la rejilla dejando caer la vela y pude ver como Delphine giraba su cabeza diabolicamente en mi dirección haciendo contacto visual conmigo un segundo, me eché a correr por donde habia entrado y deje todo como si nunca hubiera estado ahí.

Alterada por el reciente acontecimiento me dirijo rápidamente con el guardia más cercano, le explique todo lo que habia visto, omitiendo la parte del pasadizo, el fue corriendo y me senti mas tranquila.

Esa noche dos guardias escoltaron mi puerta, a pesar de sentirme protegida no pude dormir mas de cinco minutos a lo largo de la noche.

Justo antes del amanecer, sali con una frazada extra alrededor de mi cuerpo, le indique a mis guardias que no se movieran pues no tardaria tanto. Salí del castillo y camine hacia la orilla de la laguna, me senté a ver el amanecer, una de las imágenes más inmaculadas y recuerdo de mis padres.

-Señorita Haugen? -escucho como me llaman, me levanto rápidamente del suelo y volteo, me encuentro con unos ojos azul profundo, los mismos que me han estado acechando por semanas.
-Sebastian! Sucede algo? -pregunto tímidamente, pues su mera presencia me pone nerviosa.
-Su carruaje está listo para partir a Normandía. -dice serio.
-Han encontrado a Delphine? -pregunto y siento mis ojos nublarse, logro con éxito que no resbale no una lágrima de estos.
-Hemos encontrado alguien más en el lugar que describió. Erik. -dice firmemente.
-Eso es imposible, yo se lo que vi, me está diciendo mentirosa?- pregunto alterada, ya que conozco demasiado bien a Erik y no es capaz de haber cometido semejante atrocidad.
-No se preocupe, él esta a salvo, no podemos aprisionarlo o algo por el estilo con a poca evidencia,  así que no se preocupe y vaya con Mary o se irá sin usted.-dice con una media sonrisa. Sonrío de vuelta y me voy a paso veloz.

Después de tres días de camino, por fin hemos llegado a Etratet. El palacio de la familia Valois está en la orilla de la playa, y esta es de una arena blanca inmaculada bañada de un agua azul cristalino.
Sin duda alguna el lugar perfecto para estar en calma con uno mismo, es una lástima que no pueda gozar de un momento de paz.

-Mary, como evitas llenarte de arena los pies? - pregunto avergonzada.
-Elin, eso no es posible.-dice con una sonrisa comprensiva.

Entro al castillo para acostarme pues el viaje me ha dejado exausta, prefiero una comoda cama dentro y sin asolearme que una en la orilla de la playa.
Escucho como tocan la puerta, dudo un segundo en abrir pues prácticamente acabo de recostarme, pero no lo logro así que camino a la puerta para encontrarme con quien menos o esperaba.
-Alteza Elin, me han puesto a cargo de escoltar sus aposentos, y a usted en todo momento. Así que no se sorprenda si me ve fuera de la puerta, si me necesita estare aqui. -dice Sebastian con una sonrisa que derritiría al mismísimo Ártico y unos ojos que transmiten una paz inmensa.
Asiento y cierro la puerta. A pesar de que sea la mano derecha del rey y esto sea su trabajo, el hecho que él se encuentra afuera cuidándome hace que una enorme sonrisa aparezca en mi rostro, ignoro el hecho y me acuesto, dispuesta a dormir como hace tiempo no lo hacía.

Darling With Blue Eyes (Reign Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora