Érase hace mucho tiempo, en un bello y próspero reino. Habitado por hermosas e increíbles criaturas mágicas que convivían, en paz y armonía, con los magos y hechiceras que en el residían. Ese reino era gobernado con justicia y sabiduría por el amado rey Albus y su esposa, la dulce y benévola reina Eileen. Juntos eran padres del pequeño y tierno príncipe Severus, el heredero al trono.
Nuestra historia tiene como prólogo la terrible muerte de la Reina y el Rey, envenenados por el malvado Voldemort para hacerse con el poder y gobernar el reino. Pero aun habiendo matado a los reyes, el temible ser desafió al príncipe a un duelo por la corona; sin embargo grande fue su sorpresa, cuando el joven de 21 años (que había vivido hasta entonces como quería, malcriado y mimado) huyó del palacio para no tener que cargar con la responsabilidad de ser el gobernante del reino.
Irritado y molesto por el desplante del atrevido y cobarde príncipe, Voldemort lo castigó convirtiéndolo en un cascanueces para que fuera incapaz de volver y derrocarlo.
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A mucha distancia de allí, en un mundo completamente diferente, un jovencito se quedaba huérfano. Su nombre era Harry Potter, un chico de 17 años con un corazón dulce y justo. Los padres de Harry habían sido invitados a una cena con la familia Black y la familia Malfoy, para concretar el compromiso matrimonial de Harry y Draco, y la hermana menor de Draco con el hijo mayor del duque Sirius Black. Pero desgraciadamente el clima de Londres, que por esos días de diciembre era espantoso; ocasionó que la densa niebla no dejara ver bien el camino al señor Potter por lo que chocó contra otro auto que venía a contra mano. La muerte fue instantánea, el matrimonio Potter voló por los aires, hecho que logro que la señora Malfoy se desmayara de la impresión. Obviamente este desafortunado incidente, rompió la posibilidad de matrimonio alguno, algo que en el fondo Harry agradecía ya que no estaba enamorado de su prometido.
Así fue como el joven fue a parar a manos de su padrino, el Duque. Soportando que el hijo mayor de este celebrara el que no se casara con Draco, para que su hermana menor (Hermione Black) ocupara su lugar. Ese era Neville, un chico molesto y orgulloso que gustaba de Luna Malfoy y quería hacer lo que se le diera en gana, como Draco mismo.
Ese era el panorama en el que estaba metido el joven Potter. Solo, en una familia que no le gustaba mucho; pero por suerte el esposo del duque, Remus, si era alguien a quien si le importaba y quería.
Ya había pasado un año del accidente, en unos días más sería Navidad y estaban arreglando la casa para la fiesta que darían para la ocasión.
- ¡Pts! – le chistó Remus a su sobrino. – Tengo algo para ti. – le dijo una vez que el otro llegara a su lado.
- Pero todavía no es hora de regalos, Rem...- le recordó el joven.
- Lo sé, pero no quiero que Sirius te lo quite....- rodó los ojos, ya que el duque no consentía en regalos que no fueran prácticos.
- ¿Qué es esta vez?
- Ábrelo y averígualo. – Y le entregó un bello paquete con moño.
Harry emocionado tomó el paquete y lo abrió. El regalo que encontró le encantó, era el cascanueces que vio en aquella tienda del bajo Londres. Tenía el cabello, negro carbón, largo hasta por debajo de las orejas; la nariz era aguileña, los labios delgados y rosados, el trajecito consistía en una bella y magnifica capa negra al igual que sus ojos, que tenia detalles en plateado, el saco que estaba debajo era negro también y el pantalón de un lindo color verde oscuro que casi no se distinguía de las botas negras. El diseño destilaba elegancia y finura, los ojos del muñeco parecían seguirle dando la sensación de algo vivo. Por eso le gusto tanto, sus ojos le hipnotizaban.
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Mágica navidad con el Cascanueces -Snarry-
FanfictionUna navidad que se imaginaba molesta y aburrida es cambiada radicalmente por un extraño suceso que lleva a Harry a un mundo de ensueños.