Durmiendo

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— Gracias por ayudarme tanto Silver —musita la gata de forma un poco avergonzada rascando una de sus mejillas.

— No hay de que Blaze —sonríe el albino y se encoje de hombros restándole importancia— si necesitas de nuevo mi ayuda no dudes en llamarme, sabes dónde encontrarme —ríe un poco, la gata asiente y luego sonríe del lado.

— Vale, descuida, creo que ya no necesito pedirte más favores, estaré descansando así que tú también puedes hacer lo mismo —acomoda sus cabellos y gira un poco su cabeza para mirar hacia uno de los relojes que estaba en la pared del lugar— ya es algo tarde, deberías irte ya a tu casa.

— Si, a eso iba, de seguro Mephiles estará molesto conmigo —sonríe nervioso rascando una de sus mejillas.

— Ah...Mephiles —hace una ligera mueca, aún no le agradaba mucho la idea de que ése demonio estuviese con el menor pero era su amiga y debía aceptar las decisiones del contrario aunque no fuesen de su agrado— mándale saludos de mi parte –puede que suene algo hipócrita de su parte pero de igual forma no quería ser descortés.

— ¡Claro! –sonríe el menor de forma feliz moviendo un poco su colita— bien, ya me voy, cuídate Blaze —se despide y luego se da la vuelta para salir del salón.

La gata observa como su amigo desaparece y luego suelta un gran suspiro sentándose en su trono y tallando un poco su rostro.

— Aun no me acostumbro a verle con ese erizo... —musita para sí misma y frunce un tanto el ceño, no es que esté celosa, es solo que desconfiaba de las intenciones de Mephiles; según dijo que se había reformado pero ella aún no le creía del todo— solo espero que no le haga nada malo...o se las verá conmigo...

Con Silver

— Vaya, si que estoy agotado –suspira profundo y rasca una de sus orejitas, cuando al fin llega a su casa abre la puerta para entrar y luego cerrar detrás suyo— ¡ya llegué! —chilla un tanto alto para que su novio lo escuchara, al no recibir respuesta hace un pequeño morrito y sigue caminando hasta llegar a la sala, se sienta en el sillón y sin siquiera pasar otros minutos más cae del todo quedándose profundamente dormido.

En otra parte de la casa

Mephiles estaba en la cocina terminando de cenar, había escuchado la voz de Silver pero no quiso contestar ya que desde hace semanas atrás era lo mismo. Se iba desde la mañana a ayudar a la gata y luego llegaba en la noche para quedarse dormido como piedra, eso ya comenzaba a cansarle demasiado y sin contar lo celoso que era, por su cabeza se pasaban mil y un cosas que involucraban a SU novio y esa perra morada haciendo ''cosas indebidas'' tan solo pensar en eso le cabreaba demasiado.

Suelta un gran suspiro tratando de calmarse y se levanta de la silla tomando de su plato para llevarlo al fregador y lavarlo, seca sus manos después de haber lavado y acomodado todas las cosas de paso también guardando la cena que le había hecho al menor, ya que estaba seguro que no se despertaría para comer. Sale de la cocina y se acerca a la sala pudiendo notar al erizo albino casi fuera del sillón, rueda sus ojos y lo carga con cuidado para así subir escaleras arriba hasta la habitación donde dormían juntos.

Lo acuesta a un lado quitándole las botas, dejándolas en otra parte y luego se acuesta del otro lado de la cama, lo arropa con cuidado y después se acomoda mejor  mirando fijamente al techo, pensando...pensando en tantas cosas que lo tienen mal y no le dejan conciliar el sueño.

Muchas preguntas saltan a su cabeza haciendo que le duela demasiado, ¿Fue buena idea volverse bueno? ¿Silver se está viendo con su amiga en secreto y coloca la excusa de ir a ayudarla? ¿Acaso ya perdió el amor que le tenía?...esa última pregunta le carcome por dentro haciendo que una leve presión se aloje en su pecho, gira un poco su cabeza mirando el rostro sereno y tranquilo de su amado, a veces se queda despierto hasta tarde tan solo para verle dormir y aprovechar al menos un poco más de tiempo a su lado ya que siente que lo está perdiendo poco a poco.

30 Días De OTP +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora