Prologo

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El frío era horrible y la nieve cubría todo el suelo creando un suave colchón que mojaba toda la espalda de Yulius. Aquel soldado Keldai se encontraba parado frente a él y blandía la espada mientras amenazaba su vida. Después de un arduo intento por no perecer había caído y, para colmo, su espada había quedado muy lejos de su brazo. Yulius se encontraba solo y pensó que, después de todo, no parecía una buena idea haber interferido con el cruel sistema de los Keldai.

Hacía poco tiempo que había sido librado de ser comido vivo, y ahora estaba a punto de que su sangre tiñera el suelo emblanquecido por la nieve de rojo. No tenía habría vivido aquella horrenda situación de no haber sido por sus apasionados deseos de descubrir el mundo exterior. Pero, ¿qué más daba? razonar en lo que podría haber sido no lo libraría ahora. Debía pensar rápido y rendirse no parecía ser una opción, ¿o sí? Después de todo ¿tendría alguna posibilidad de ganar si nunca había luchado a muerte, cuerpo a cuerpo, en una pelea real?

Quizás aquel soldado delante de él había matado acientos, tal vez más en su vida; y Yulius ni siquiera había matado un pavo paranavidad. ¿Sería que los entrenamientos recibidos de su padre no habrán servidode nada? Se quedaba corto de opciones y así como desaparecían sus ideas, tambiénlo hacían sus esperanzas.    

Yulius: Misterio en el CaminoWhere stories live. Discover now