capitulo 2

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Canción: You don't know me
Artista: Elizabeth Gillies
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Sonrió tristemente- Soy libre, ya no estoy atada a ti...- dio un largo suspiro y siguió caminando por el bosque, pero chocó con algo, o por alguien mejor dicho.

- Miko...- miro fríamente a la pequeña muchacha que tenía frente a ella.

-¿S-Sesshômaru...?- se encontraba solo, mis lágrimas dejaron de fluir por lo sorprendida que estaba.

- Inuyasha está apunto de venir - se dió la vuelta y empezó a caminar. Lo vi caminar a pasó firme y yo me quedé parada pero en ese momento se detuvo y volteo a verme.- ¿A caso quieres quedarte a ver a Inuyasha?

-¿Eh?- Creo que era una invitación para que vaya con él. Corrí hasta su lado y empezamos a caminar.

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¡Aome! ¡Aomeee!- Gritaba Inuyasha por todas partes, buscaba a la miko futurista que acababa de herir.
Olfateo en el aire y la encontró se dirigió a su dirección pero antes de llegar una serpiente cazadora de almas lo rodeo y se fue al sentido contrario, Inuyasha no dudo en seguirla, si una cazadora de almas lo buscaba era porque algo quería decirle Kikyo a el, así que no perdió tiempo en ir.

Persiguió por un largo camino a la serpiente y por fin. Vio a su amada Kikyo en un árbol recostada con los ojos cerrados, se veía que estaba sufriendo.

- ¡Kikyo!- le gritó con preocupación.

La sacerdotisa de barro abrió los ojos pesadamente, claramente se notaba que estaba débil y las almas que le daban sus serpientes no le ayudaban.

- Inuyasha...- lo dijo más como un suspiro que una frase bien dicha.
Intento levantarse pero fue en vano, ya que no podía moverse ni siquiera hablar podía.

- Kikyo... Dime, ¿Qué te pasa?- se acercó a ella y cargo su cabeza.

- No lo sé... Derrepente empezaron a salir las almas de mi cuerpo y cada vez que entran a mi, mi cuerpo las rechaza...- cerró los ojos para descansar.

- Pero ¿¡Cómo es eso posible!?- apretó sus puños, si eso pasaba es posible que Kikyo muriera.- Kikyo ¡Tu no puedes morir de nuevo!- le gritó con desesperación.

- Tranquilo, no lo hará - una mujer de pelo plateado caminaba a paso elegante al lugar donde se encontraban ellos dos.

-¿¡Quién demonios eres tú!?- se paró rápidamente Inuyasha y sacó a colmillo de acero. Se puso alerta por si le llegaba algún ataque de la persona que tenía enfrente.

- ¡Que falta de respeto es esa!- puso su mano en la cintura- ¡Soy la lady del Oeste, me debes respeto, niñito!- cerró sus ojos frustrada y suspiró- No vine aquí a pelear, solo vine por esa sacerdotisa- señaló a Kikyo que estaba en el árbol respirando rápidamente.

- ¡No me interesa quien seas! ¡No te dejare que toques a Kikyo!- se puso enfrente de Kikyo para protegerla.

- Niño, si no me la entregas ella morirá por falta de almas, puedo ayudarla.- se acercó un poco más a la pareja- Sacerdotisa, te puedo devolver la vida con esta piedra- le muestra la piedra que traía colgada en su cuello.- Un regalo de tu padre..- Se dirigió a el hibrido con una cara de pocos amigos.

- ¿Mi...Padre?- se quedo en shock por lo que dijo. ¿Cómo sabia quien era su padre? ¿O acaso..?. No, era imposible- ¿Irasue...?

-Hmp- puso su vista en la sacerdotisa- Ahora que ya sabes que hago aquí, me iré con la miko- avanzo hacia la miko.

¿Yo un Héroe? (Musical)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora