Ciudad fantasma

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6/10/2017

-solo vamos a escalar la colina, dicen que arriba es muy frio-dije con entusiasmo.

-pero es peligroso, todo esta muy resbaloso.

Con ánimos sigo al grupo de personas quienes subían la colina en un camino de piedras resbalosas, varias veces me dedicaba a ver hacia atrás, percatandome de que mis amigas me siguiesen el paso.
Las piedras estaban húmedas debido a la suave lluvia que nos acompañaba en ese entonces, con ayuda de mis manos aferradas a las rocas logre dejar atrás al resto de personas siendo una de las primeras en llegar a la cima.

la vista era espectacular, había una niebla que adornaba la zona verde, era todo un campo rodeado de arboles, poco a poco la gente nos alcanzó, el frío era insoportable que hacia que mi mandíbula temblase.

Bajamos de la colina en busca del bus donde nos iríamos devuelta a casa.

En un abrir y cerrar de ojos ya no estaba en aquel lugar, estaba en otro totalmente diferente, sentía la angustia que me apoderaba y la gran necesidad de salir huyendo, corrí por esa ciudad la cual parecía abandonada, pero la realidad me dio un fuerte golpe; no había salida.
Siempre que llegaba a una calle cerrada por una casa, es como si fuese una prision con comodidades.

Escucho el sonar de la sirena de una patrulla, por un corto instante pienso de que me están buscando, salgo de aquel callejón sin salida, viendo a la distancia las luces de la patrulla quien se iba acercando.
Una mano toma de mi muñeca haciendo que caiga al suelo detrás de un letrero, miro el dueño de la mano para darme cuenta de que se trata de una joven de cabellos castaños largos, me hace una señal de que guarde silencio, la cual obedezco.
La patrulla pasa de largo, ambas nos colocamos de pie y corremos a una casa cercana, donde nos escondemos detrás de un muro, al sentir nuevamente otra patrulla cerca. Los hombres de aquella patrulla, bajan de su vehículo adentrándose a la casa en donde nos encontrábamos , estos se para frente a nosotras con una cara de desaprobación, en esas la puerta de la casa se abre dejando en visto a una parece, un hombre alto de cabellos monos peinados hacia atras, con lentes, y una mujer mas baja que el hombre con cabellos castaños, ambos llevaban camisa blanca y pantalón negro.
El dueño nos ve con un rostro sorprendido, pasa sus ojos de mi a los hombres de la patrulla.

-niñas que hacen afuera a estas horas?- dice tartamudeando mientras se acercan a nosotras, llevaba en manos lo que parecía ser la biblia.

-es hora de orar, vamos, lo sentimos oficiales, son unas niñas muy traviesas- dice la mujer.

-son vuestras hijas?- dice uno de los oficiales.

-así es, realmente los sentimos si les causo problemas- la pareja nos toma de los hombros arrastrando nos a una puerta al frente del muro donde nos ocultabamos- es hora de orar, lo sentimos oficiales- seguía diciendo el hombre.

Entramos al otro lado de la puerta, donde había un espacio acogedor, la luz atravesaba el cristal de la puerta donde iluminaba  la pequeña habitación de paredes blancas donde cabía perfectamente dos personas.

-dios creo el mundo....-comenzó a leer la mujer mientras el hombre intentaba observar si los oficiales se habían ido.

El hombre detiene a su mujer, esta cierra el libro y nos susurra.

-¿están intentando escapar?

-desde hace siglo- contesta la castaña.

-deben roban la patrulla, es la única forma, y deben de hacerlo ahora-dice la mujer.

La joven castaña intercambia miradas conmigo.

-salgan por esa puerta y tomen la patrulla, solo deben de conducir y no parar, busque la salida poco visible.

La castaña y yo salimos de la habitación por la puerta trasera, fijandonos a los hombres de la patrulla hablar, mientras que la patrulla se encontraba sola.
Corrimos sin dudar hacia esta en donde nos montamos y a toda prisa Prendí el auto que por cierto se trataba de uno antiguo, como los primeros que salieron luego de los carruajes a caballo.
Anduvimos por la ciudad siendo perseguidas por mas patrullas, sin darme cuenta, llegamos a una malla con enredaderas en esta, con mayor velocidad traspasamos dicha malla para darme cuenta que detrás de esta estaba una autopista, mire por el retrovisor con la esperanza de ver malla detrás de nosotras, pero solo me encontré con el otro lado de la autopista.

Miro a mi derecha en busca de la joven quien logro escapar conmigo, para encontrarme con el asiento vacío. No había nadie, ni en la parte trasera, me detengo mas adelante saliendo del auto, para darme cuenta que la supuesta patrulla solo era un auto viejo de mal estado, miro mis prendas para darme cuenta que solo llevaba una bata blanca, al igual que la joven con quien estuve en ese lugar.

Pero ese lugar, una ciudad desolada, sin vista de humanos en sus calles, solo en su casa, no era mas que un limbo donde debían rogar el perdón de dios, leyendo su palabra mediante la biblia.
No era mas que una ciudad fantasma donde estuve atrapada.



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⏰ Última actualización: Oct 06, 2017 ⏰

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