▪ Renace junto a mi ▪

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  — Maraton 2/4  

Pov. Adrien

Han pasado meses desde que volvió a la normalidad. Aunque su memoria se rehúsa a volver.

La veo desde su balcón, no quiere bajar ni convivir, a veces nuestras miradas se conectan y son pocas las veces que cruzamos palabras.

Trato de concentra y hacerle entender que sin ella no soy nadie. Pero se rehúsa a escucharme.

La admiro cuando duerme, como los suspiros se escapan de sus labios luego de quedarse en una posición cómoda para ella.

Por otro lado está la pequeña criatura que Plagg había salvado. Esta aún no despertaba, Plagg decía que se estaba recuperando de algo, pero nadie sabía que era ese algo. Ni siquiera los Kwami's de los otros chicos.

Hablando de ellos. Gracias a ellos Marinette está viva, y las cosas entre nosotros van mejorando. Ya no se tratan de matar unos a otros ni tampoco pelean frecuentemente.

Cuando miro a Lila y a Eros, la envidia me invade, verlos juntos riendo y charlando me da envidia, quiero estar por lo menos así con Marinette. Pero se que Lila merece ser feliz.

Aunque ellos son muy lentos para notarlo, se aman, se aman más que como amigos. Y me alegro por ellos.

El grito de Marinette me alertó, a la velocidad de un rayo corro hacia su habitación.

Pov. Marinette

Había despertado, desconcertada en una habitación familiar para mi, pero no lograba reconocerla.

Un joven rubio había aparecido por la puerta, le lance lo que tenía en mi alcance tratando de verme intimidan cuando estaba muerta de miedo, soy una gran actriz.

Me relato la vida que tuvimos juntos cuando logró calmarme, a pesar de su mirada rompí en un llanto estruendoso sin saber el porque.

Con el pasar de los meses me rehúsa a verlo, no quería verlo a el, ni a nadie. Pocas palabras eran las que cruzábamos, y me obligaba a no responder a sus palabras con lindas frases.

Cada vez me sentía más vacía, como si algo crecía dentro de mi, alimentándose de mis pesares y mis miedos hacia el exterior.

Una noche tuve una pesadilla, o más bien, un encuentro; Tuve un encuentro con lo que crecía dentro de mi.

Caminaba por un bosque familiar, mis pies, descalzos y entumidos por el frío hacían un sonido seco al pasar por encima de la tierra húmeda.

La suave brisa hacia que mi piel se erizara por el final vestido blanco que me enfundada.  Después de caminar sin rumbo alguno encontré lo que sería una tumba.

Aquella tumba era adornada por hermosas rosas rojas y otras extrañamente negras, algunas ya estaban marchitas y otras las habían cortado.

Una sombra se hizo presente entre los árboles, mirándome con aquellos ojos rojos sin vida y penumbrosos —  Has vuelto.. — 

No Respondí, solo me quede ahí, mira do cada uno de sus movimientos.

 ¿Me amas? —   Pregunto, confundida por aquella repentina pregunta niego con la cabeza —  ¿Me quieres?...—  Nuevamente negó con la cabeza, la decepción chispeo en sus ojos —  Me necesitas..—  No supe responder, aquella frase era más una afirmación que una pregunta.

Involuntariamente mis labios se movieron y la voz que había ocultado de aquella sombra brotó de mí garganta —   ¿Me amas?

Prometí amarte...

Empecé a sudar, no me gustaba por donde iba esto—   ¿Me quieres?

Siempre te quise..

Se empezó a acercar, cada vez su presencia se hacía más fuerte y no soportaba su poder en mi —  Me....—   Trague duro—  ¿Me necesitas?

 Si.

Mi vista se nublo,  pude escuchar como ella se acercaba a mi y Acariciaba mi cabello, sentía mis piernas flaquear y lo que más deseaba era desaparecer.

La imagen del rubio sonriendo con sinceridad cruzó mi mente ahuyentando mi miedo, por alguna razón, sabía que estaba protegida con el.

 Me amas a mi.. Me quieres a mi. ¡Me necesitas a mi! ¡No pienses en el!

Grito, cada ves su esencia se hacía pesada haciendo que me costará respirar, pero no tenía miedo, podía sentir algo cálido encima mio, acariciando cada centímetro de mí piel.

Al final de la obscuridad veía una vaga luz, mis pies se movieron a toda velocidad hacia ella y la calidez se hacía más intensa.

 Esto no acá así...caerás de nuevo, siempre lo haces.

Despierto, mi pecho sube y baja velozmente,mis mejillas están mojadas y siento un calor infernal en mi cuerpo.

Lentamente me doy vuelta, Adrien estaba mirándome desde el otro lado de la cama— Estabas gritando Dormida... ¿Estas bien?  —

Mi corazón golpeó con Fuerza contra mis costillar, se me dificultaba respirar. Me acerque a el gateando por encima de la cama, tome su mano y la mire fijamente. Paseo mi dedo por la palma de su mano sintiendo la misma calidez que sentí en aquel sueño.

Lo miro incrédula para luego sonreír inconscientemente, no sabía por que,ni tampoco lo entendía. Pero el rubio que tenía enfrente era el dueño de aquella calidez que me hacía feliz en mis sueños y ahora pesadillas. Sin que quisiera se había apoderado de mí corazón sin siquiera conquistarme.

Con necesidad tome sus mejillas y lo atrajeron hacia mi; y lo bese. Lo bese con necesidad y urgencia. Tratando de transmitirle todos los sentimientos que había encontrado.

Al principio no reaccionó, pero terminó cediendo, su lengua pidió permiso el cual se le fue otorgado profundizando el beso.

Con delicadeza me depósito en la cama quedando yo bajo el. Me separó de él sin soltarle la mejillas. Nuestras respiraciones estaban agitadas y podía distinguir en su mirada una chispa de amor y excitación.

—Adrien... Quiero recordarte..

Su cuerpo se tenso, abrió sus ojos con sorpresa para luego sonreír con emoción —Recordarás... Lo prometo..—

Sonreí para luego aferrarme a el, dispuesta a entregarme y demostrarle mi amor en todos los sentidos, me acerque a su oído y depósito un suave beso para luego susurrarle —Renace junto a mi —con esas simples palabras, ambos nos fundimos con las llamas del fuego que habían nacido en nuestro interior.

Doble filo bañado en Sangre [MLB] [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora